La encargada de reflexionar con tal certeza es la escritora Sandra Lorenzano, como directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU), creada hace un par de años con el objetivo general de aglutinar diversos esfuerzos a favor no de un movimiento, sino más de una urgencia.
“No vamos a tirar el patriarcado mañana, ni se va a caer el patriarcado universitario, pero vamos tomando todas las medidas y construyendo una comunidad crítica que, tal como nos lo enseñaron las chavas activistas, no permita ni tolere nada que se salga de estas líneas muy fuertemente marcadas en la Universidad sobre qué sí se puede y qué no: qué no vamos a tolerar más las mujeres, pero tampoco nuestra Universidad”.
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Un ejemplo del trabajo dentro del CIGU está en la difusión de las más de 450 actividades organizadas por las universitarias de la UNAM para conmemorar el Día Internacional de la Mujer en facultades, escuelas, institutos, coordinaciones, centros de Investigación y campos foráneos de la Universidad.
“En la UNAM se hacen cientos de cosas relacionadas con los temas de género y no se conocían. Nuestro primer reto y objetivo fue reunir esta información y darla a conocer, a través de una figura que llamamos ‘embajadas Puma’: entidades y dependencias de la UNAM que, a partir de esta convocatoria que hacemos, nos mandan sus actividades. Muchas ya estaban contempladas, pero no había una instancia que las aglutinara y las diera a conocer”, explica Sandra Lorenzano.
Una de las señas de identidad del trabajo de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, a cargo de Tamara Martínez, fue la creación de La Boletina, un espacio de divulgación en el que, ahora, todo el mundo quiere estar, porque se crean más instancias en las que se muestra su compromiso con el género, lo que es muy importante en el plan de desarrollo institucional del rector Enrique Graue Wiechers en este segundo periodo de su mandato, siendo el eje de género fundamental.
“Este primer espacio de visibilización, de compartir con el resto de la comunidad universitaria lo que cada quien hace, ha sido un éxito: lo que hacemos es dar un marco conceptual, evidentemente en este caso es el 8 de marzo; después, cada dependencia crea sus propias actividades y cuando sale La Boletina una gran cantidad de personas quiere sumar sus esfuerzos, lo que es una manera de demostrar la potencia que está teniendo la UNAM en términos de la preocupación por la igualdad de género”, a decir de Sandra Lorenzano.
Una historia breve
La Coordinación para la Igualdad de Género surgió prácticamente en plena pandemia, lo que se convirtió en un desafío aún mayor para consolidarla, más allá de que ya existía el trabajo de las feministas desde la Academia, tanto desde el Centro de Investigaciones y Estudios de Género, como de muchas otras académicas repartidas en otras entidades y dependencias de la UNAM, comenta su directora de Cultura y Comunicación.
Se trataba, entonces, de dar continuidad a eso, sobre todo dando respuesta a la exigencia de las mujeres organizadas, de las colectivas feministas, “de las chavas más jóvenes que insistían en la necesidad de transformar las políticas universitarias, no sólo hacer investigación, no sólo denuncia, sino cómo trabajamos desde la política universitaria, es que se crea la Coordinación para la Igualdad de Género”.
“No olvidemos que la institución cuenta con una comunidad de 500 mil personas: es un universo muy diverso, complejo, con muchas tensiones, con muchas redes y había que entender eso. Nosotras lo que hemos estado trabajando a lo largo de estos dos años son distintos proyectos que atienden las necesidades y lo que la comunidad ha señalado como lo más imperioso de la universidad para lograr la igualdad sustantiva de género, lo mismo con representación en la legislación o en los órganos colegiados”.
Sin embargo, todo está delimitado: no les corresponde la parte legal, para eso está la Defensoría de los Derechos Universitarios y de Género, su labor consiste principalmente en tomar acciones para atender y prevenir la violencia de género, desde diferentes perspectivas, consolidar a la UNAM como el espacio “que ha sido punta de lanza para prevenir y atender, dada la realidad, la violencia de género”, resalta Sandra Lorenzano.
Así, se ha logrado concretar el Programa de Personas Orientadoras Comunitarias (POC): en 58 entidades universitarias la comunidad cuenta con 123 personas orientadoras que de manera empática, informada y horizontal son el primer contacto en temas de violencia sexo-genérica; además, el 90 por ciento de las estructuras universitarias de la UNAM ya cuenta con una Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG).
Futuro sostenible e iluminado
Con la etiqueta #NosotrasPorUnFuturoSostenible, la programación de la UNAM para este 8M está integrada por actividades artísticas y culturales, mesas de reflexión o talleres, alrededor de 450, las cuales se pueden consultar en esta página. Como parte de las acciones, la Biblioteca Central y el Estadio de CU se iluminarán de morado del 7 al 14 de marzo en conmemoración de la lucha de las universitarias.
PCL