Quisiera un Israel al que le importe más la persona que el ideal del Estado: Grossman

En su participación en el Hay Festival Querétaro, el escritor habló sobre la explosión de violencia y odio que se da entre los pueblos israelí y palestino.

El escritor ha dedicado años al activismo por la paz. (Cortesía: Hay Festival | Daniel Mordzinski)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Se sabe que la mirada de David Grossman sobre la relación entre los pueblos israelí y palestino se fortaleció con la muerte en combate de su hijo: no ha cesado en sus esfuerzos por hallar vías de entendimiento entre ambas comunidades, incluso más allá de la literatura.

Y, conforme pasan los años, su perspectiva se cimienta y sus esperanzas también: son una minoría los palestinos que viven en Israel, el 20 por ciento, pero se están ya adhiriendo cada vez más a la sociedad, aseguró el escritor israelí durante su participación en el Hay Festival Querétaro, en una charla que sostuvo con la escritora mexicana Guadalupe Nettel.

“Sin embargo, hay una explosión de violencia, de odio y de debilidad en esas ciudades mixtas que tenemos aquí: el tener paz nos va permitir tener la vida que merecemos, porque si no tenemos paz, si sólo vivimos de un momento a otro, sin pensar en esto, vamos a tener vidas paralelas de lo que debe ser nuestra vida y nunca tendríamos una vida auténtica, sólo sería un eco de tu vida real y el eco no es suficiente”.

A su parecer, es tiempo de exponer esa paz y ver todo lo que la vida nos puede ofrecer; por eso ha dedicado años al activismo por la paz, esperando ver esa paz en vida, aunque si no se alcanza, siempre habrá personas que estén en busca de esa paz y vayan a seguir luchando por ella, resaltó el escritor, quien al mismo tiempo se acompaña de una imagen para el futuro.

“El Israel que imagino es un país más alegre, donde las cosas que pasan no sean tan fatales y tan cruciales: la tensión de ser un enemigo durante tanto tiempo, más de cien años, ha pasado a los órganos internos de la sociedad, dentro de un sistema demócrata que está frágil, por eso, quisiera ver un Israel más democrático, que le ponga más atención a la persona, en lugar de al ideal del Estado, que tenga esa igualdad en los ciudadanos, donde no haya diferencias entre mis hijos y los hijos de los palestinos”.

Sobre todo, recalcó David Grossman, un país donde no se discrimine a nadie por nacionalidad, género, idioma, a sabiendas de que hay mucho por hacer al respecto.

El poder de la literatura

En su conferencia, David Grossman recordó a Amos Oz (también escritor israelí, fallecido en 2018, y de los fundadores del movimiento pacifista israelí Shalom Ajshav -Paz Ahora-), quien pudo entrar a la mente de las mujeres palestinas y ver sus temores, sus esperanzas, sus sueños gracias a la literatura, algo que el periodismo no puede lograr de la misma manera: el poder de la literatura está en la empatía.

“No queremos que nuestros enemigos tengan esta característica multidimensional, que tengan esa visión de estereotipo: necesitamos encontrar una manera de fusionar las cosas, como darle un masaje a esos puntos rígidos de nuestro cuerpo, que evitan que realmente sintamos más; después de esto, tal vez los palestinos, ya en su Estado, van a adoptar el concepto israelí de tener esa vida democrática”, mencionó el autor de títulos como Gran Cabaret, La vida entera o La vida juega conmigo.

“Honestamente pienso que es muy importante dejar de analizar al país desde un solo punto de vista, porque no vemos toda esa gama de realidad, pero si vemos todo el conflicto con los palestinos y en los ojos de ellos, tal vez nos daríamos cuenta de muchas cosas que no vemos o tenemos temor de admitir. Todo este estado nos ha convertido en guerreros, en gente dura, y se nos olvida que la militar no es la única solución para lidiar con esta esta realidad”.

Durante su participación a distancia en el Hay Festival Querétaro, David Grossman llamó a su gente a permitir la narrativa de los palestinos como un pueblo que ha sufrido también sus miserias y sus errores: si se logra la mezcla de narrativas de forma positiva, sin rigidez, “tal vez podamos contar la historia de nuestro país en otras palabras y pueda ser el inicio de un diálogo entre seres humanos”.

PCL

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