Importante, que cada exposición tenga un libro: Saúl Kaminer

En el Museo de la Ciudad de México, donde se exhibe hasta el 17 de agosto Órbitas, rumbos y sombras, el catálogo de esta exposición de Saúl Kaminer fue presentado por los curadores Luisa Barrios, Luis Ignacio Sáinz y el propio artista plástico, quien también es parte de la Colección MILENIO Arte.

Con un tiraje de mil ejemplares, el volumen es “un discurso plástico que no sabemos si es arquitectónico, espacial, dibujo, pintura, juego de sombras, de luces… Es todo eso, con esa mirada tan compleja y enriquecida que es lo que nos ha ofrecido en esta magna exposición Saúl Kaminer.

“El catálogo rinde espectacular cuenta del proceso de creación; están las fotos, que son espléndidas; hay un texto conceptual muy poderoso de Luisa Barrios, quien después tiene una soberbia entrevista con Saúl, en la que ella parece aún más mañosa que el artista: hace apenas un aporte de dos o tres palabras, y logra que el artista se suelte. Entonces nos convida una bellísima, sanísima y muy profunda incontinencia intelectual y sentimental que yo he celebrado”, dijo Sáinz.

Barrios explicó que las imágenes del catálogo son acompañadas de cinco textos que escribieron José María Espinasa, Serge Fauchereau, Armando Castellanos y ella misma.

Los escritos abundan en la trayectoria, influencias y propuestas de Kaminer, quien desde 1972 ha realizado 65 exposiciones individuales y ha participado en más de 165 muestras colectivas en galerías y museo de México, Francia, EU, Nicaragua, Italia, España, Inglaterra, Argentina, Chile, Alemania, Corea del Sur, República Dominicana, Suiza, Puerto Rico y Cuba.

La exposición de la que da cuenta el catálogo reúne obras de los últimos ocho años de trabajo de Kaminer, condensados en 65 piezas, entre óleos, dibujos y esculturas en mármol, metal y cerámica de alta temperatura. La mayoría son inéditas y otras de colecciones particulares. Todas ellas están expuestas en las salas 1 y 2 de la planta alta de este recinto.

“En la pintura de Kaminer, uno de los artistas plásticos más importantes de la generación nacida en los años 50, ocupa un espacio privilegiado la mirada sobre el mundo urbano. Sus estudios de arquitectura se encargaron de la fundación de Teotihuacán, Tula y Tenochtitlán, embriones de nuestra actual metrópoli. Su mirada lúdica nos permite pensar en sus cuadros como una cartografía afectiva y juguetona, de un caminante citadino”, escribió Espinasa en su texto “Las órbitas de Saúl Kaminer”.

El artista, que obsequió el catálogo a los asitentes, dijo que el libro “contiene todas las obras de la exposición. Para mí es muy importante que cada muestra tenga un libro, tengo este problema. Hay artistas que no lo hacen porque que es muy difícil: se necesitan presupuesto, tiempo, organizar las fotos... Es un gran trabajo, pero vale la pena hacerlo porque le da a uno una plataforma para transmitir.

“Quise que este libro fuera chico, como uno de trabajo, y no como un objeto de lujo sobre una mesa que nunca se verá, que también hay que hacerlos. Pero en este caso es un instrumento de trabajo, y espero que así siga siendo siempre”.