Especialistas del INAH realizaron la restauración del Santuario de Nuestro Padre Jesús, uno de los monumentos religiosos más antiguos de Guerrero, que tuvo severas afectaciones durante el sismo del 19 de septiembre de 2017.
El trabajo fue liderado por Juan José Guadalupe García Campos, bajo supervisión de especialistas del Centro INAH Guerrero. De acuerdo con el arquitecto, el templo presentaba grietas en los muros testero, oriente y sur.
También llevaron a cabo un delicado trabajo en el interior, para proteger y conservar las pinturas murales, de las más antiguas de principios del siglo XVII.
“El reto es la estabilización de la pintura mural, debido a que muchos aplanados al interior tienen un estado precario de conservación, aunado a la filtración de la humedad, el paso de los años y los daños del sismo”, dijo García Campos.
El templo de Tecapulco fue construido por los agustinos en el siglo XVI, Es un espacio de gran devoción en la región, pues miles de personas veneran sus imágenes y dejan sus exvotos.
“Muchos devotos los clavaban en los muros del templo, por lo que han sido retirados y se están buscando los más antiguos, pues sólo se conservan los del siglo XIX a la fecha”, acotó García Campos.
El santuario con dos altares: el principal está dedicado a Nuestro Padre Jesús y tiene un estilo clásico decorado con un baldaquino, un altar de cuadro columnas estriadas, capiteles corintios y un chapitel; además, hay un altar lateral de tipo ciprés y con un estilo también clásico. Éste se integra de un sotabanco, un baldaquino con cuadro columnas estriadas, un entablamento de orden dórico y un remate en la cúpula.
Tecalpulco tuvo un asentamiento prehispánico, cuyos indicios fueron localizados en el subsuelo del atrio del templo. La comunidad fue fundada en 1545, durante el proceso de evangelización los frailes franciscanos.
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