Cristina Pacheco falleció este jueves, pero su estela se mantendrá a través de sus programas, sus textos y sus historias, siendo una muy peculiar la que la trajo a la Ciudad de México siendo una niña.
En el programa Línea Directa, de Canal Once, la periodista y escritora recordó cómo llegó a la capital del país, pues nació y pasó sus primeros años en la localidad de San Felipe, Guanajuato.
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¿Cómo llegó Cristina Pacheco a la Ciudad de México?
Durante la charla en febrero del 2019, el periodista Ezra Shabot le preguntó: "¿Cómo llegas a esta Ciudad de México?".
A lo que Pacheco acudió a su memoria y contó: "Yo era muy niña cuando llegué a la Ciudad de México, he de haber tenido cinco años. Veníamos el rancho, del pueblo. Vivimos una temporada en San Luis Potosí".
Lo que detonó esta mudanza familiar fue que ella tuvo "un accidente en una escalera, me caí, tuve un problema serio, ahí no había un doctor que me atendiera y el único que había nos dijo 'Váyanse a la ciudad y busquen a un doctor', que recuerdo estaba cerca de la estación Buenavista".
Estando en la capital, su mamá "aprovechó para decir: Ya que venimos a la ciudad, ya que hay escuelas, ¿por qué no nos quedamos?".
Aunque su padre lo dudó, pues "era campesino, no le parecía muy acertado... Un hombre inteligentísimo, por cierto, al que quiero y quise mucho. Regresamos al pueblo un tiempo".
Pero al poco tiempo de su regreso, su mamá tuvo la palabra final: "Vámonos definitivamente".
Cristina señaló que ese cambio de aires fue, al principio, escaso: "Venimos aquí con nada, una caja con algunas pertenencias, limas, alguna cosa de comer, y llegamos a vivir a una vecindad de Tacuba donde vivía una hermana de mi padre, y estuvimos en su casa un tiempo mientras entendíamos un poco la vida aquí. Encontramos un departamento en la misma vecindad".
"El problema era el trabajo de mi padre, ¿qué iba a hacer en la ciudad? Él nunca había trabajado bajo techo ni con patrón, le costó mucho, sufrió mucho. Ahora lo comprendo y lamentó que haya pasado por esos momentos tan difíciles", detalló.
Afortunadamente, su papá encontró pronto un empleo en la entonces activa refinería de Azcapotzalco y posteriormente ejerció como ayudante en una ferretería de avenida Chabacano.
"Mi papá y mi mamá eran muy unidos, se querían muchísimo, y a la hora de la comida de él, mi mamá me llevaba a verlo, la medía hora que él tenía, y comíamos algo, un aguacate con sal o tortillitas, muy rico", fue un paisaje de su infancia que compartió en el programa.
hc