'El infierno en doce pasos', una novela para enfrentar demonios

El libro de Raúl Rodríguez es una crónica novelada de lo que el autor vivió durante un proceso de labor social en reclusorios, asilos y con gente en situación de calle.

Autor de 'El infierno en doce pasos'. (Foto: Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Cuando Raúl Rodríguez comenzó la escritura de la novela El infierno en doce pasos, estaba consciente de las dificultades de contar una historia que surge de algunos rincones sórdidos de la sociedad como una manera de que cada lector se enfrente a sus demonios.

Como la mayor parte de la trama surgió de su propia experiencia, al trabajar con esos grupos, se trata de una crónica novelada de hechos reales conocidos, en especial, durante su labor social en un reclusorio de la Ciudad de México, que en el contexto de la pandemia adquirió un sello distinto, a decir del autor del libro.

“Con la pandemia viene mucho a cuento esta novela negra que, en realidad, es una crónica novelada de lo que yo viví durante mi proceso de labor social en reclusorios, con enfermos terminales y ancianos abandonados en asilos, y gente en situación de calle, porque todas estas personas en situación extrema, lo que vivían era una confrontación consigo mismos, se enfrentaban a sus propios demonios y sus fantasmas".

“Me parece que viene mucho a cuento por el confinamiento obligado y cómo es poco habitual que el ser humano esté hecho a la idea de contarse, de verse al espejo en sentido literal y figurado, cómo fue ver sus fallas, sus malos hábitos. Son personajes sórdidos, envueltos en asuntos de suicidio, prostitución, violencia, reclusión, pero que también conllevan esta luz que todo ser humano tiene para poder trascender y, sobre todo ascender, a pesar de sus problemas”.

El infierno en doce pasos (Cangrejo Editores, 2019) es resultado de una crisis personal de Raúl Rodríguez, quien luego de esas experiencias, se dio a la tarea de practicar meditación como una forma de enfrentar los problemas y la persona que los guiaba en la meditación lo llevó a conocer otros aspectos de la sociedad, en especial la capacidad del ser humano de regenerarse.

“Si un cocainómano o un alcohólico o un recluso pueden remontar su propia realidad devastadora con la búsqueda de sí mismos y escuchar más a la mente, permitir que aflore tu espiritualidad, es el mejor ejemplo de que cualquier ciudadano de a pie puede enfrentar a sus propios demonios”.

Sin ser un libro de autoayuda, sino más cercano de la novela negra, la historia no pretende escandalizar, sino arrojar luces sobre tanta oscuridad, pero con un mensaje de optimismo, porque si bien muchos de los casos que narra terminan mal, “hay muchos otros que terminan haciendo labor social y un bien a su entorno”, cuenta Raúl Rodríguez.

PCL

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