La influencia de la Casa de la Cultura Tampico, tras 20 años

El cronista de la ciudad Marco Flores y la directora de Cultura, Diana Zamora hacen una reflexión de la influencia sobre el crecimiento de las exposiciones y el naciomiento de espacios culturales.

Tampico /

Aunque las fechas de su “nacimiento” difieren (hay una placa que dice que en enero, su inauguración formal dice marzo, pero su trabajo formal comenzó meses posteriores) para todo la Casa de la Cultura de Tampico está en su vigésimo aniversario.

Parteaguas de la cultura actual en la zona conurbada, no se puede pensar en el quehacer actual de tantos espacios alternos, sin el cunero del trabajo en el antiguo edificio del rastro municipal.

El cronista Marco Antonio Flores y la directora de Cultura, Diana Zamora comentan la importancia del trabajo en esta recinto, desde la inauguración dirigida por Juan Sosa Esquivel, los cimientos más fuerte de Jesús Arzola Rodríguez quién hizo que esta no dependiera de Cultura, que tuviera un reglamento en el uso y terminó el acondicionamiento que aun hoy permanece. “Primero no iba mucha, hicimos un articulo, “una caja de resonancia falta quien la toque” que hablaba de la necesidad en ese tiempo”.

Ahí mismo se gestó la creación de los que iba a ser el museo del Metro, para el cual se creó un patronato, se organizaron los primeros eventos, un foro de historia hasta el concierto de la banda de la Secretaría de MarinaEs una de las pocas bibliotecas que aun tiene un aura para público infantil, y alberga el Archivo Histórico y la Fonoteca, sin embargo, es necesario mayor espacio, modernizarla, coinciden.

“Le ha servido la ampliación del IRBA porque se trasladaron algunos talleres, aunque algunos buscan a los maestros de la Casa de la Cultura y es el eje motor de las escuelas del rededor” señala Flores Torres.

“No podemos tener exposiciones mucho tiempo, tiene que permanecer un espacio prudente” señala Zamora quien asegura que es el motivo por el que se tuvo que sacar la exposición de Jorge Yapur, Huastequismo, porque tenía poco visita y ocupaba un espacio necesario.

“Cumplió su función, se abrió su espacio, se encuentra saturado, nació como escuelita y esta se llevo al IRBA, hay una necesidad mayor... el Metro también tiene otro espacio, y es parte del crecimiento, sin la Casa de la Cultura no abría ese crecimiento”.

Actualmente esta tiene un equipamiento para uso permanente de los artistas locales, lo que lo hace más atractivo y con mayor demanda.

Aunque hay proyectos de ampliación, es difícil hacer alguna añadidura debido a que está protegido, se encuentra en el Catálogo de edificios históricos.

Se piensa que en la parte de atrás, donde está el estacionamiento, se podría construir un inmueble para llevar una de las galerías o el Archivo Histórico.

En este edificio han pasado personalidades como la pensadora y activista Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, el prestigiado artista plástico José Luis Cuevas, o actrices como Lilia Aragón en programas como Leo luego Existo, aunque aclaran, no está hecho para artistas de grandes reflectores, sino para artistas locales con antecedentes, intercalados con los nuevos valores artísticos.

“Si yo pudiera hacer algo, haría una Casa de la Cultura en la zona norte para acercar a los chicos que no pueden acceder a las ofertas de esta Casa” señala Diana Zamora.

“Evolucionar es positivo, ve el numero de eventos en la zona, es algo espectacular que habla de una transformación, pero no lo podemos entender si no pensáramos en Casa de la Cultura, IRBA y Metro” concluye Flores.

EVT

  • Erik Vargas
  • erik.vargas@milenio.com
  • Reportero de oficio, periodista de opinión y contador de historias. Actual coordinador del área soft de Milenio Digital (M2).

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