La pintura mural al interior del Templo de Nuestra Señora de los Dolores va recobrando su esplendor paso a paso.
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En las últimas semanas se reinició la segunda etapa de restauración de sus pinturas, ahora enfocándose en el área del coro y sotocoro localizados en la entrada del templo, ubicado en Juan Méndez y Ruperto Martínez, en el centro de Monterrey.
La empresa Restáurika está trabajando en procesos de limpieza y consolidación de la pintura, así como su análisis. Anteriormente, habían trabajado en la primera fase de restauración que duró entre 2013 y 2014.
El proyecto se realiza con fondos aprobados el año pasado por el Fideicomiso de Patrimonio Cultural (Fidecultural) del estado.
A decir de Selene Velázquez, fundadora de Restáurika, en las áreas de coro y sotocoro existen desprendimientos del área pictórica, suciedad y una intervención con resanes, al parecer con cemento.
La pintura mural de esta área destaca por tener figuras relacionadas a la música, con la representación de Santa Cecilia, patrona de los músicos, así como querubines con algunos instrumentos. En dicha área se encuentra un órgano de pedales vendido por la Casa Wagner en 1909.
“En esta parte encontramos mucha suciedad, pero sobre todo faltantes y desprendimientos de la capa pictórica y lamentablemente una intervención que hicieron (...) vamos a hacer ventanas arqueológicas, para poder liberar un poco la pintura de 1909 y 1938", comentó Selene Velázquez.
Proyecto en etapas
El Templo de Nuestra Señora de los Dolores se construyó en 1909 por el arzobispo Santiago de la Garza Zambrano.
Cuenta en todo su interior con pintura mural, lo que lo vuelve un inmueble único en su tipo para Nuevo León.
Carmen Junco, promotora de la iniciativa Fidecultural, explicó que se contempla una siguiente etapa de trabajo en el templo que incluya su fachada, la cual ha presentado desprendimientos y daños.
"Faltaría una etapa más, hablamos de la nave principal, el coro, la cúpula y faltaría la parte exterior del templo. Es un proyecto que llevaría un poco más de tiempo en concluir", explicó Carmen Junco.
Por su parte, el padre Adalberto Alfaro se dijo agradecido con los trabajos de restauración pues se trata de un templo muy visitado por los habitantes del centro de Monterrey.
Se considera después un proyecto de rescate para el órgano de pedales vendido por la Casa Wagner pues se trata de piezas valiosas para el patrimonio cultural del estado, consideró Ricardo Marcos González, presidente de Conarte.
"Es un interés que tenemos que se pueda lograr, al menos, estudios ejecutivos para después, en un par de años, poder restaurarlos", consideró Marcos González.
Los trabajos de restauración en pintura mural, en su segunda etapa, tendría una duración estimada de cinco meses.