Laura González, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, dice que los archivos fotográficos de Rodrigo Moya, Walter Reuter, Manuel Álvarez Bravo y Héctor García deben ser protegidos por el Estado porque son patrimonio nacional y podrían perderse, dividirse o desaparecer ante la falta de recursos para preservarlos.
“No hay una política nacional de archivos que permita que los que están en manos de los particulares puedan tener recursos para convertir esos archivos, que son de interés nacional, en patrimonio”, comenta.
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La investigadora participó en el proyecto de nueve exposiciones para celebrar el centenario del fotógrafo Héctor García y dice que no fue sencillo ante la magnitud del archivo (de más de un millón y medio de negativos), de los que eligieron alrededor de 600 y donde mucha gente trabajó con sus propias computadoras y con una cantidad limitada de recursos económicos.
“Trabajar con un archivo fotográfico implica leyes, colaboración. Lo deseable sería que fuera una iniciativa a tres polos: el Estado, porque es patrimonio nacional; las universidades, para que haya investigación, y los custodios o herederos de los archivos y que quieran compartirlos. Los archivos son bodegas si no se socializan”.
Sin embargo para sacar los archivos de las bodegas y catalogarlos se necesitan muchos recursos “porque no solo es la digitalización, primero es el inventariado, solo en el archivo de Héctor García hay más de un millón de fotografías y tienes que ponerles un número. Y no solamente eso, también es la descripción. Es trabajar años y luego necesitas tener una lógica para la catalogación y la coordinación que permita encontrar la información. Aparte necesitas saber mucho del manejo de los archivos para empezar a hacer todo eso”.
La investigadora dice que existe el conocimiento en México para hacer todo ese trabajo, pero no hay recursos suficientes.
“Y las instituciones que se dedican a eso, como la Fototeca Nacional, está rebasada. En nuestra fototeca en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM también tenemos equipo, estamos muy bien, tenemos ocho o nueve curadores de las distintas colecciones de los objetos, pero vamos a una velocidad de inventariado y de catalogación más lenta de lo que debería de ser para que sea un bien público en internet”.
Por si esto fuera poco, hay otro problema, si se quieren poner las imágenes de los archivos en internet: la propiedad intelectual.
“Es un problema porque somos muy conservadores en México para la difusión de archivos y la gente tiene mucho miedo de poner las imágenes en la red, porque teme que se haga mal uso, entonces, tenemos que crear una cultura de respeto y uso de los materiales. Pero no es todo, luego hay cuestiones legales, porque hay fotos donde aparecen ciertas personas y se tiene que hacer una investigación legal para poder usarlas. Entonces, hay muchos problemas que hay que resolver y son tan grandes que no lo puede hacer una persona o una institución, tiene que ser tripartita, colaborativa.
La Fototeca Nacional en Pachuca custodia más de un millón de bienes culturales que dan cuenta de más de 180 años de fotografía en México y su acervo está conformado por más de 48 colecciones, agrupadas en tres rubros según su origen, entre las que se encuentra el Archivo Casasola, una de las colecciones más emblemáticas de México.
¿Sería más fácil para los herederos vender los archivos al extranjero?
“A veces pienso que sí, que lo más fácil sería venderlo, porque ellos tienen recursos y lo hacen, pero es que ni te van a comprar todo el archivo, van a comprar solo una parte y solo van a hacer lo que a ellos les interesa y hay un problema de estrategia histórica, digamos de índole ideológica, si dejamos que nuestra historia la haga un archivo extranjero, ¿qué historia estamos haciendo y a quién pertenece la construcción de la historia? Entonces, es importante defender el que se queden los archivos en México por muy imperfecto que esto sea”.
La investigadora resaltó la importancia de un archivo como el de Héctor García.
“Si tú conoces la historia de México, sabes que durante 70 años la historia se construyó desde un solo lado con un solo partido y justamente yo he investigado archivos que te dan otra historia, te abre la historia y te da otra idea de lo que pasó y es solo un ejemplo de lo importante que son los archivos fotográficos”.
En México existen archivos muy importantes como el de Héctor García, Manuel Álvarez Bravo, Rodrigo Moya o el de Walter Reuter, entre muchos otros.
“Yo te puedo hablar de por lo menos 20 archivos fotográficos importantes y es muy complicado; cuando tú pones tu atención en algo, ese algo, se vuelve visible y se vuelve importante. Espero que en algún momento estén más interesados, ahora tú estás viendo que toda la ciudad está en construcción evidente, se está acabando el sexenio y se tienen que gastar el dinero, eso ya lo conocemos, pero ojalá que esos tejes y manejes sea con los archivos ¿no?”
Finalmente, Laura González Flores, investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, opinó que “los dueños de los archivos se convierten en cancerberos y les da miedo abrirlos. Los mexicanos tenemos miedo de que si tú públicas algo te van a robar y tenemos el complejo de que nos van a quitar, pero ¿qué es lo que te quitan? ¿una imagen? Cuando se publica ¿no adquiere mayor plusvalía social? Creo que hay que publicar las imágenes, porque cuando más se publique, más difusión y valor social adquieren y la posibilidad de lecturas diversas y una interpretación de la historia más amplia”.
PCL