El fenómeno literario en el que se ha convertido El infinito en un junco, libro de Irene Vallejo, ha traído a la escritora española a México, un país que “ha significado tanto para mí en la literatura, en la creación, como fuente de inspiración, tantos escritores asombrosos”, contó en entrevista con Carlos Puig para MILENIO.
La creadora detalló que Juan Rulfo es uno de sus autores de cabecera, al grado que su hijo se llama Pedro por la novela Pedro Páramo: “Es un libro de referencia que siempre tengo cerca cuando escribo, en esos momentos que faltan las palabras lo abro en busca de inspiración, es un poco una brújula”.
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Posteriormente, la también admiradora de Octavio Paz y Carlos Fuentes ahondó en la obra que desde su publicación en 2019 no ha dejado de ganar adeptos.
“Empezó como una pasión infantil cuando mis padres me contaban leyendas de Grecia y Roma antes de dormir, y ahí es donde me deslumbré por aquellas mitologías, por Ulises tratando de volver a su isla y todas las aventuras que encontró en el camino. Supongo que un escritor es alguien que se esfuerza por no dejar de ser niño, y yo mantengo ese entusiasmo por aquellas narraciones que me han constituido”.
Esta pasión llevó a Vallejo a estudiar filología clásica: “Quería leer a Homero en su propia lengua. Es una lengua hermosa, muy flexible, con unas palabras muy bellas para hablar del mar, con una enorme sensibilidad poética”, recordó.
“Todo mundo me decía que si estudiaba latín y griego no encontraría trabajo, que era una decisión insensata, y supongo que la rebeldía adolescente me hacía aferrarme más a mi proyecto. Y ha sido maravilloso que este libro, que escribí sin ninguna expectativa, haya sido la mejor reivindicación de que el latín y el griego alguna cosa se puede hacer”.
Sobre el impacto que ha tenido El infinito en un junco a nivel mundial, la también colaboradora de MILENIO señaló que “nunca imaginé que ni siquiera en España pudiera ser un libro que despertase interés, muchísimo menos que me trajera a mi ansiado y admirado México”.
Hoy conocemos nuestra historia gracias al objeto libro, más allá de que en algunos casos la creamos o no, porque me encanta cada vez que dices ‘A lo mejor eso pasó o no’, pero no conoceríamos nuestra historia si a alguien no se le hubiera ocurrido hacer estos objetos.
"Existe la historia desde que existe la escritura, todo lo anterior es prehistoria. Y en el momento que nuestros antepasados fueron dueños de ese instrumento maravilloso que es la escritura, se preguntaron sobre qué superficie escribir, cómo crear ese objeto que contuviera y conservase nuestros relatos, nuestro pasado, nuestra memoria".
"Ahí empieza la aventura de crear el libro; el libro tal y como lo conocemos hoy es el resultado de muchas búsquedas experimentos, tuvo antepasados, es además un objeto casi perfecto, decía Umberto Eco".
"Somos la única especie que conoce su pasado, no hay un animal que sepa cómo era el mundo antes de su nacimiento, nosotros sí; nosotros hablamos con los muertos, los conjuramos, sabemos en sus propias palabras cómo sintieron, cómo experimentaron el pasado, podemos construir nuestras genealogías y a mí eso me parece tan fascinante".
¿Fue ese descubrimiento el que te hizo hacer este libro, que, por supuesto, tiene que ver con las historias, pero mucho tiene que ver con el objeto?
"Tiene que ver con una atmosfera que me rodeaba: en el momento que empecé a escribir el libro dijeron ‘Se acaban los libros, la literatura, la lectura’. Todo ese catastrofismo y predicciones apocalípticas, y yo que tenía la perspectiva histórica del libro como superviviente de tantas catástrofes, caídas de imperios, pensé: ‘No subestimemos de esa manera ese objeto que es el cuerpo de las palabras’. Las palabras, que son aire, necesitan carne, y la carne de las palabras son los libros. Los libros son grandes supervivientes, si se caracterizan por algo es por haber superado tantos obstáculos y tantas dificultades".
"Decidí escribir esta historia es un homenaje al libro, que ha traído como un navío hasta nosotros todos esos relatos y que creo tiene muchas nuevas narraciones por delante".
hc