Isaac Hernández imparte clase de ballet en línea desde Londres

El premio 'Benois de la Danse 2018' y primer bailarín del English National Ballet ofreció una sesión en vivo desde la cocina de su casa en la que enseñó su arte para un público que rebasó las 11 mil personas, el equivalente al Auditorio Nacional.

El bailarín en acción (Facebook: Isaac Hernández / Pep Ávila)
Ana Laura Santana Plascencia
Ciudad de México /

El bailarín mexicano Isaac Hernández, Premio Benois de la Danse 2018, dio una clase virtual desde la cocina de su casa en Inglaterra, a través de Facebook Live, que alcanzó un público de alrededor de 11 mil personas, el equivalente al Auditorio Nacional lleno.

La cita fue a las 11:00 horas del pasado viernes 8 de mayo, con el objetivo de que el primer bailarín de English National Ballet respondiera a las preguntas: ¿qué es el ballet? y ¿cuáles son los principios y movimientos básicos del ballet?

A la hora en punto y desde su hogar en Inglaterra, Isaac Hernández encendió su cámara, mostrando el espacio desde donde impartiría la clase: un pequeño cuadrante de su cocina en el que puso un linóleo sobre piso flotante y una barra móvil.

Desde que Isaac Hernández (Guadalajara, 1990) comenzó a llevar su carrera en ascenso, seguido de la organización de su espectáculo anual Despertares y, tras haber ganado el mayor de los premios que se entrega a un bailarín ejecutante en el mundo, ha logrado que mucha gente ponga la mirada en el ballet y se interese por los acontecimientos que lo rodean.

Así, en este contexto de la pandemia por covid-19 que entre otras cosas provocó la cancelación del Giselle, de Akram Khan con el English National Ballet e Isaac Hernández, en el Auditorio Nacional, la noticia de que el bailarín daría una clase elemental de ballet en línea y de forma gratuita creó una gran expectativa entre el público que lo ha seguido, de tal modo que para los primeros minutos de transmisión, ya eran miles de personas las que estaban conectadas en las redes de Citibanamex, desde sus dispositivos, en casa, y el número seguía creciendo.

Nervioso y emocionado, al mismo tiempo, el bailarín mexicano saludó a su público y le refirió “tengo 6 metros de piso de ballet en mi cocina”. Y comenzó la clase hablando un poco de la práctica que había hecho ya, más temprano, y que es el pan de cada día en la vida de quienes, como él, se dedican a la danza - y en este caso específicamente al ballet - de manera profesional.

Durante los primeros minutos trató temas generales de la clase, explicando que la pensó como un acercamiento inicial al mundo del ballet y, en ese sentido, sería importante hacer varias precisiones respecto a los principios: las herramientas del bailarín, la colocación correcta a partir de la cual deben ser aprendidos los pasos, el espacio en el que debe desarrollarse la práctica y la estructura y duración de ésta.


Frente a la cámara, mostró a la audiencia una de sus principales herramientas de trabajo: sus propias zapatillas de lona frente a las zapatillas de punta de la bailarina Tamara Rojo, directora artística del English National Ballet, para dar a conocer la diferencia entre el calzado de los bailarines y el de las bailarinas, e hizo hincapié en que estas últimas están preparadas por sus dueñas para que se adapten lo mejor posible al pie y, así, sea más sencillo trabajar con ellas.

El bailarín reconocido con la Medalla Bellas Artes en 2018 habló también de cómo lleva a cabo su calentamiento, previo a la clase, así como de los implementos que utiliza para realizarlo y, también, de la importancia de prepararse con tiempo suficiente para estar listo antes de una función.

Por lo general, contó, toma una clase de una hora y 15 minutos, luego de la cual tiene variados ensayos y, a veces, funciones. La duración de la clase de entrenamiento puede variar dependiendo de la compañía y del grado de formación en el que se encuentre el bailarín. Para comenzar, es probable que las clases en la escuela duren alrededor de dos horas; más tarde, en el mundo profesional, estarán entre los 45 minutos de los rusos y una hora y media de otras compañías.

Para Isaac, la clase diaria es el único camino para mantenerse en forma y para lograr el perfeccionamiento técnico. A partir de ella el bailarín se conforma, se cuestiona y se reconstruye pues, como él mismo lo dice: “el entrenamiento es como armar un rompecabezas, estás armando tu cuerpo”.

Y así, entre metáforas, imágenes y anécdotas personales, cerca del minuto 33 comenzó la clase, recordando las seis posiciones básicas del ballet y la alineación correcta del cuerpo en centro: línea recta, cuello largo, pecho abierto, costillas cerradas, sujetando el abdomen, los glúteos y las piernas y alineando la rodilla con el segundo dedo del pie.

Frente a la barra, y con una mano en la barra después, el bailarín mostró los ejercicios propuestos para la clase de iniciación, no sin antes decir que el trabajo en barra es fundamental para el desarrollo de la técnica, ya que da estabilidad y precisión al ejecutante.

El repertorio fue formado por siete ejercicios que, en términos de Isaac Hernández, estarían abarcando “el terreno básico de la barra”, en un proceso gradual de menos a más.

Aquí, cabe mencionar que, como se aclaró al principio de la clase, el nombre de todos estos pasos está en francés. Tendu de primera posición frente a la barra; plié y grand plié; tendu de quinta posición; jeté; rond de jambe; fondu y, finalmente grand battement.

Intercaladas con el desarrollo de los ejercicios, expresó alguna corrección técnica, una observación particular o una imagen que pudieran ilustrar la manera correcta de ejecutar cada uno de ellos. Para terminar la clase, un adagio en centro, que es el momento en el que el bailarín mostrará su mayor capacidad de equilibrio, extensión e interpretación; una combinación para la pirouette y una serie de saltos (sautés) a la que Isaac agregó la demostración de su grand tour a l’air.

Luego de más de hora y media, hubo unos minutos para responder algunas preguntas generadas por el público y, a casi dos horas de iniciada la clase, Isaac terminó expresando su deseo de haber motivado la curiosidad de los espectadores para seguir investigando a mayor profundidad sobre el mundo de la danza clásica.

La clase del bailarín mexicano fue una gran oportunidad para poder entrar en la dinámica del ballet desde sus fundamentos. Diferente a otras clases que, durante esta cuarentena por la pandemia, han estado impartiendo maestros y bailarines de las mejores compañías alrededor del mundo, la propuesta de Isaac Hernández fue llegar hasta el público más nuevo en el conocimiento de la materia.

De forma didáctica y amena, el bailarín tapatío hizo un recorrido histórico desde los orígenes del ballet, en la corte francesa de Luis XIV, hasta llegar a nuestros días, mientras contaba experiencias personales que han surgido a lo largo de su propio camino de formación y también en los grandes escenarios internacionales, intercalando, en medio, los ejercicios de clase y las correcciones técnicas que había que aplicar a éstos.

​El Benois de la Danse 2018 nos dejó con nuevas preguntas e inquietudes, pero también con la certeza de que para el ballet todo tiene una motivación y un sentido. Cada paso tiene otro que lo antecede y, a su vez, prepara el siguiente. Es un ejercicio completo que desarrolla la voluntad y que beneficia a quien lo practica en todos los ámbitos de su vida.

El ballet entrena al ejecutante para resolver cualquier eventualidad, para cambiar de rumbo en medio del camino y para encontrar soluciones creativas, pues habrá momentos donde, como el mismo Isaac Hernández lo dijo, “no hay espacio para la duda”.

​yhc

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