Seis décadas después del último descubrimiento en excavaciones arqueológicas en la zona del Mar Muerto, Israel anunció el descubrimiento de nuevos fragmentos de un pergamino bíblico milenario que pertenece a los Manuscritos del Mar Muerto, recuperados en una cueva.
El rollo, que fue descubierto en los acantilados del desierto de Judea por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), tiene 2 mil años de antigüedad, está escrito en griego antiguo, con la palabra "Dios" en hebrero, e incluye versículos del Libro de los Profetas Menores, entre ellos de Zacarías y Nahum.
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Los famosos Manuscritos del Mar Muerto son aproximadamente 900 documentos de más de 2 mil años de antigüedad y de gran valor histórico, con fragmentos de los libros del Antiguo Testamento.
Los expertos señalan que el manuscrito habría sido escrito por dos escribas distintos. Sus fragmentos "fueron recuperados" de la denominada Cueva del Horror, en la reserva natural de Nahal Hever, situada "a unos 80 metros por debajo de la cima" de un acantilado escarpado, y a la que "solo se puede acceder haciendo rápel" entre desfiladeros.
"Estos nuevos fragmentos que hemos encontrado son piezas que nos faltaban de un manuscrito que ya conocíamos", y pertenecen a "un gran rollo" hallado inicialmente "en los años cincuenta", explicó Beatriz Riestra, investigadora de la Unidad de los Rollos del Mar Muerto de la Universidad Hebrea que trabajó en los documentos.
Las cuevas donde se preservaron los rollos tienen condiciones climáticas interiores que permitieron "su conservación excepcional", y "han sido blanco de saqueadores de antigüedades" en las últimas décadas, por lo que la AAI realizó una "operación nacional" para evitar que objetos de suma "importancia histórica" caigan en sus manos.
Esqueleto de 6 mil años
En la excavación se hallaron también restos importantes de otras épocas históricas. Entre ellos, destaca el esqueleto de un menor de hace unos 6 mil años, "probablemente una mujer", "envuelto en una tela", "parcialmente momificado" y colocado en posición fetal.
El cuerpo se conservó en gran medida por el clima de la cueva, "incluida la piel, los tendones y el cabello", y experimentó "un proceso de momificación natural", concreta Ronit Lupu, experta en prehistoria y miembro de la AAI.
Además, en otra cueva de la zona se halló una cesta de hace unos 10 mil 500 años, de la época neolítica pre-cerámica. Se tejió con material vegetal, se preservó gracias al clima árido y podría ser "la más antigua del mundo", destacó la AAI.
La cesta tenía una capacidad de entre 90 y 100 litros y aporta nuevos datos "sobre como se almacenaban los productos unos mil años antes de la invención de la cerámica". Sin embargo, se encontró vacía, y ahora se investigará su posible uso a partir de una pequeña cantidad de tierra de su interior.
Otro de los descubrimientos fue un alijo de monedas de hace unos mil 900 años, "con símbolos judíos como un arpa y una palmera datilera", y entre el que también hay restos de "flechas y puntas de lanza, tela tejida, sandalias e incluso peines para piojos".
yhc