“Estoy en Japón”, dice en entrevista telefónica el director artístico de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, Iván López Reynoso, quien se está preparando para dirigir la ópera Otello de Rossini en el Belcanto Opera Festival en Japón, con la participación del tenor John Osborn y la soprano Leonor Bonilla.
La cita será el 20 y 22 de enero en el Teatro Giglio Showa, con una obra que, de acuerdo con el también contratenor: “Es una ópera que estoy descubriendo, que tenía muchas ganas de hacer, que es espectacular, que es hermosa y que es una ópera que, en mi opinión, ha estado un poco injustamente a la sombra de otro gran Otello, que es el de Verdi”.
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La emoción por esta participación es doble, pues “el Otello de Rossini es la primera vez que voy a dirigirla, estoy debutando la ópera, y también debutaré en Japón. Entonces es dos por uno”, comenta el director.
Pero, ¿qué muestra el Otello de Rossini? “Una gran fuerza, sobre todo en el personaje central de Desdémona, que es la víctima de este feminicidio tan intenso en la historia de la literatura de Shakespeare. Otello asesina a Desdémona por el simple hecho de creerla infiel; el personaje de Desdémona en esta obra, en particular en el Otello de Rossini, tiene una gran fuerza, es un gran personaje. Me parece muy importante que estos temas se sigan hablando, que se siga haciendo Shakespeare y que se siga mostrando la imperfección humana en el escenario, para que ello nos permita crecer como sociedad y esta es una ópera que merece la pena descubrirse y visitarse”.
En la opinión de López Reynoso (Guanajuato, 1990), aunque fue primero la obra de Rossini, esta ha mantenido a la sombra del Otello de Verdi, considerada una de las más importantes óperas de la literatura musical italiana.
Entonces, ¿qué Otello te ha exigido más?, se le cuestiona. “Requiere más, desde el punto interpretativo, el de Rossini, porque es menos directo que el de Verdi, que es más concreto y pasional. Es más difícil hacer bien el Otello de Rossini porque la partitura demanda más del intérprete. Es decir: necesitas tener un conocimiento más profundo del estilo”.
Primera llamada
La agenda en el primer cuatrimestre de 2023 de Iván López Reynoso se divide entre tres continentes: Asia, Europa y México. Después de Japón, los días 3 y 5 de febrero tomará la batuta en La bohème de Puccini en el Auditorio Baluarte de Pamplona, España; posteriormente en México dirigirá conciertos con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (OFUNAM), los días 11 y 12, donde dirigirá obras de John Williams, Claude Debussy, Maurice Ravel y de la mexicana Andrea Chamizo.
“Una obra espléndida que ella tituló Sigue siendo arena, con un gran colorido instrumental, con muchas texturas, muy visual y con mucha energía”. Sobre la programación de la obra de jóvenes compositores, el director asegura que hay una cantera espectacular de mexicanos, entre ellos Andrea Chamizo, “que representa esta ola tan afortunada que estamos teniendo”.
López Reynoso observa la apertura que las orquestas tienen para programar música mexicana, jóvenes compositores y mujeres compositoras.
“Yo soy el más grande fan de que en las salas de conciertos se encuentre el perfecto balance entre innovación y tradición, y yo tengo un propósito cada tengo un programa: que haya este balance, pero creo que es una responsabilidad y obligación que tenemos los creadores mexicanos, apoyar a los jóvenes compositores, a cantantes, a las nuevas batutas y a los jóvenes músicos”.
El director se presentará también el 24 y 26 de febrero con la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes. Posteriormente, el 23 y 26 de marzo lo hará con la Filarmónica de Jalisco, y en abril volverá a España para dirigir, el día 15, a la Oviedo Filarmonía.
Una batuta por el mundo
Sobre cómo combina su responsabilidad de dirigir la Orquesta del Teatro de Bellas Artes con tus presentaciones en otras partes del mundo, responde: “La Orquesta del Teatro de Bellas Artes es mi familia musical, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura es mi familia artística; sin embargo, está bien tener tiempo, y a mí me gusta la idea de que a la Orquesta del Teatro de Bellas Artes vayan otros directores a elevar el nivel y hacer un buen trabajo con ellos. El director titular no debe hacer todo, no es recomendable que lo haga todo. Sin embargo, estoy siempre presente, siempre en contacto con ellos y al pendiente de sus actividades”.
hc