En 2021, la restauradora Silvia Ixchel García se enteró que había ganado una beca en la que se encontraría con piezas de artistas como El Bosco, El Greco y Goya, por mencionar a algunos. La oportunidad fue en España, en el programa dirigido a la formación e investigación en restauración de pintura.
La mexicana cursó de abril de 2022 a abril de 2023 el Taller de Restauración del Museo Nacional del Prado, galardonado en 2019 con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, otorgado por el Ministerio de Cultura de España.
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Ixchel García, quien trabaja en el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), que pertenece al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), conversó con MILENIO sobre su experiencia y lo realizado en la Beca Internacional Fundación Iberdrola-Museo Nacional del Prado.
—¿Cuál es la diferencia entre restauración y conservación?
Hay varios conceptos entre restauración y conservación, depende de qué parte del mundo estés. Aquí en México, la restauración es trabajar directamente sobre la obra y recuperar sus valores tanto estéticos, históricos, documentales, etcétera. Mientras que la conservación se encarga de todo ese proceso detrás, o sea, que también ayuda a la restauración pero no directamente sobre la obra; es decir, se investiga acerca de ella, se busca su historicidad, sus materiales. La conservación da a conocer el patrimonio que se tiene, para poderlo estudiar y conocer más a fondo de ello: no tocando la obra en sí. La restauración es un proceso directo sobre la obra.
—¿Cómo describes tu experiencia en el Museo Nacional del Prado?
Fue un reto profesional, un reto intelectual, pero la verdad fue una muy bonita experiencia donde aprendí mucho. La gente ahí es muy generosa en compartir todo su conocimiento que tienen adquirido con tantos años, porque al final, al menos el taller de restauración, es uno de los que tienen una larga historia y trayectoria. Parte de mi experiencia fue intervenir directamente sobre las piezas: tal cual, ejercer mi profesión como restauradora en el Museo del Prado, eso fue lo que hice.
—¿A qué obras tuviste acceso?
Desde el día uno que llegué me asignaron la restauración de una obra, en la que yo tuve la oportunidad de proponer lo que quería realizar en ella, claro, siempre apoyada y dirigida por uno de los restauradores del museo. Estuve en cada una de las áreas, en todos los procesos que realizan los restauradores dentro de un museo, que es estar en las exposiciones, hacer conservación preventiva, etcétera. Tuve acceso a toda la colección porque además entraba al museo sin público; entonces, también es una experiencia muy bonita porque llegas temprano y puedes interactuar con El Greco, El Bosco o Goya, entre los más reconocidos.
—¿Hubo alguna intervención en especial?
Intervine piezas que estaban siendo estudiadas. En la mayor parte de mi estancia estuve enfocada en una pieza, que llegó como parte de una donación de un particular al museo. El conservador estaba muy interesado en la obra, porque a pesar de que no se veía nada en ella, estaba cubierta de cochambre y polvo. El restaurador veía algo en la obra y me dijeron que la limpiara; fue un proceso muy largo porque había que reconocer a cada instante la obra, y el conservador piensa que podría ser un Rubens, aunque hasta el momento no se tiene certeza de ello y continúan con su estudio. La verdad es que la mayor parte estuve en ella porque es una pieza muy grande, como de dos metros por dos metros y medio.
—Teniendo una comparativa, ¿qué consideras que hace falta en el país, en el ámbito de la restauración y conservación?
Al estar ahí conviví con muchos becarios, no solo de España, de todas partes del mundo, pues tuve la oportunidad de trabajar con personas de Italia, de Francia, de Ámsterdam, y al final me di cuenta que la educación es muy completa en México, de que podía entablar una conversación de tú a tú. En cuanto a educación estamos muy bien, pero creo que lo que hace falta, no solo aquí en México sino en muchas partes del mundo, es un recurso, porque talento hay, pero faltan más recursos para que podamos realizar intervenciones más integrales, hacer más investigación, que no solo se intervenga la obra cuando ya se está cayendo, sino poder hacer planes de intervención. Creo que eso es lo que hace falta: recurso, porque talento hay pero falta apoyarlo.
PCL