Javier Camarena: “La ópera no es un cuento de Disney”

El tenor se presenta en la Metropolitan Opera House con una adaptación radical de 'Lucia di Lammermoor', la cual está ubicada en un barrio manufacturero y pobre de Estados Unidos.

Javier Camarena. (EFE)
Ciudad de México /

Un Javier Camarena empleado de supermercado y luego vestido con uniforme del ejército estadunidense vuelve al escenario de la Metropolitan Opera House de Nueva York con una producción moderna de Lucia di Lammermoor, con enfoque social, que el tenor veracruzano dice disfrutar mucho porque a su juicio humaniza a los personajes, invita a la reflexión, no solo a la contemplación, y se aleja de los tradicionales personajes del arte lírico romantizados “como unas princesas de Disney”.

Desde el 23 de abril pasado, Camarena encarna al tercer Edgardo di Ravenswood de su carrera, en el montaje más radical hasta ahora, ambientado ya no en la Escocia del siglo XVII como dispuso Gaetano Donizetti en 1835, sino en el cinturón manufacturero del medio oeste de Estados Unidos en la década de los 70, donde los protagonistas de la tragedia –reinventada por el director australiano Simon Stone – son una adicta al opioide Oxycotin (la soprano Nadine Sierra), a quien su hermano Enrico (un cara tatuada barítono Artur Ruciński) fuerza al matrimonio, enamorada de un Camarena empleado de súper.

En entrevista desde Nueva York, donde en 2020 perdió su temporada en la MetOpera con La Cenerentola por la pandemia, el tenor recuerda que la vigencia de Lucia di Lammermoor desgraciadamente es patente por el sometimiento de la voluntad de la mujer que persiste en el mundo.

Y apunta que, aunque estaba nervioso y ansioso por cómo recibiría el público el nuevo montaje de Stone, este es más cercano y reconocible para la gente, al grado de que su papel ya no es el de un noble.

De noble a empleado

“Este Edgardo es un chico cualquiera, no es el gran noble; es un chico cualquiera que trabaja en el supermercado y luego se enrola en el ejército y cuando vuelve se encuentra con una situación que no esperaba, y viene el desenlace trágico para todos los personajes. Esta propuesta de Simon Stone aterriza y humaniza a todos sus personajes”, comenta el tenor y relata que después del ensayo general preguntó a una joven que esperaba a la puerta de los artistas de la MetOpera qué le había parecido la función y ella le contestó que conocía a ese Edgardo, que en su comunidad latina había muchos Edgardos iguales.
Esta producción es más cercana a todo el público que está presenciándola en el Met, porque hay mucha gente que se enrola en el ejército, que quiere trabajar en el ejército y está fuera de su país mucho tiempo y cuando vuelve se encuentra con otra realidad”, explica el cantante mexicano en alusión a que en el libreto que Salvatore Cammarano escribió para Donizetti sobre la novela de Walter Scott La novia de Lammermoor, Edgardo sale de Escocia para, al regresar, encontrarse a su amada Lucia ya casada.

Lucia di Lammermoor , que se reverencia en particular por la “escena de la locura” de su protagonista en el tercer acto, ha influido a novelistas desde su estreno en el teatro San Carlos de Nápoles el 26 de septiembre de 1835, como Gustave Flaubert o León Tólstoi, que la incluyen en pasajes de Madame Bovary y Anna Karenina, respectivamente, o en cineastas como Luis Buñuel, para quien es el punto de partida de El ángel exterminador, o Luc Besson, que le hace un homenaje en su El quinto elemento.

Reconocido en 2021 como el mejor cantante masculino por la International Opera Awards, Javier Camarena destacó que cada función ha ido mejorando conforme avanzan y confió en que cuando se llegue a la última, el 21 de mayo próximo, que será transmitida en vivo a todo el mundo y que podrá verse en México en el Auditorio Nacional ese sábado, se haya profundizado en cada uno de los personajes de ese montaje, que tiene a cargo de la orquesta al director italiano Riccardo Frizza.

También marcó las diferencias con su anterior Lucia di Lammermoor, en el Gran Teatro del Liceu de Barcelona, ambientada igual en EU, en la época de los Kennedy, por la directora Barbara Wysocka.

Aunque ambas utilizan recursos como el video, señala que en la de Stone hay cámaras sobre el escenario que van contando escenas detrás de la escena que se está cantando, como cuando Enrico canta una aria mientras se proyecta a Lucia en su recámara haciendo dibujitos para regalar a su novio.

“La puedes ver a ella plena, feliz, siendo mujer”, adelanta Camarena lo que podrá verse en el Auditorio.

Además, la ópera ya no transcurre durante sus tres horas y media de duración en un mismo espacio.

“La Lucia di Lammermoor del Met está situada en un cinturón industrial de una gran ciudad, con un estatus social que no es de los poderosos. Hay mucha parte de la realidad de drogadicción, de abusos. En esta producción lo importante es que no solamente vayas a la ópera a contemplar lo que crees que es bonito. Lucia toca una temática muy fuerte en esencia, que es el sometimiento de la mujer, un tema real antes y durante la época de Donizetti y que desgraciadamente sigue siendo real a la fecha.

Ser parte de la solución

La ópera no tiene que ser meramente contemplativa, también puede ser un instrumento que invite a la reflexión. Y eso está haciendo esta producción del Met, aterrizando a los personajes, haciéndolos personas con las que uno puede identificarse. Y eso te acerca más a su tragedia pero a la par te invita a reflexionar, ver con tus propios ojos tu realidad y ser parte de la solución de los problemas”, sostiene.

—Drogas, maquiladoras, matrimonios forzados, decadencia ¿se sintió cómodo con esta Lucia?

—Todos estamos muy comprometidos con la producción. Yo nunca he estado en contra de nuevas propuestas escénicas, siempre y cuando sean inteligentes y coherentes y que respeten la esencia del libreto. Yo sé que mucha gente disfruta solamente de ir y contemplar y pensar las óperas como cuentos de Disney, de princesas de Disney, cuando no son así. Muchas óperas tratan temas muy humanos, de emociones y sentimientos y de problemáticas, como es Lucia; romantizar estas propuestas minimiza el efecto que puede tener una obra. Esta es una producción que he disfrutado mucho desde la planeación, desde los ensayos y con los resultados que estamos viendo en el escenario ahora.

Camarena, que nació en 1976, justo en la época en que se ambienta el montaje de la MetOpera, responde a si el contexto de matrimonios forzados, drogadicción, maquiladoras le recuerdan a México.

¿Sabes? Es que no es solamente señalar a México, a nuestro país, que desgraciadamente está atravesando una época complicada, más respecto a la violencia hacia las mujeres, es algo real. Pero, no es solamente México. Querer señalarlo de esa manera tal vez también sería injusto para nuestro país, no sólo México atraviesa esas problemáticas”, expone el tenor, que insiste en que lo importante es la reflexión que te lleve una producción con enfoque social como la de Stone para ser parte de la solución.
“Y no a ser parte de los que señalan y no hacen nada”, agrega el tenor que también se prepara para presentar en junio en Suiza otra joya belcantista, Il Pirata, de Vincenzo Bellini, con la Ópera de Zúrich.

Comparó la exigencia entre ambas óperas, en la parte dramática y trágica, pero sobre todo vocal.

El pirata es la más dramática. Si las voy catalogando de más a menos difícil, pondría primero Il Pirata, luego I Puritani (también de Bellini) y en tercer lugar a Lucia di Lammermoor. Estoy hablando en términos de exigencia vocal. En El pirata ambos personajes, el tenor y la soprano, son parte medular de toda la ópera y tienen una carga medular y presencia en el escenario con números vocales muy complicados, muy agudos, muy incómodos para cantar, y que van acompañados del drama.
“En Los puritanos, el personaje de Arturo es un rol intenso, muy largo, y que además tiene la parte más complicada hacia el final de la ópera, cuando ya has pasado por duetos, ensembles, arias...
“Y sí, Lucia es un drama al estilo shakespeariano, muy a lo Romeo y Julieta. Pero viéndolo desde el punto de vista vocal, hay que tomar en cuenta que Edgardo está en cuatro números dentro de toda la ópera: el dúo con Lucia al inicio, que no es la parte más dramática; el final del segundo acto, con el sexteto, toda la parte dramática; el dúo con el barítono y toda la escena final, que sería el tour de force dentro de esta historia, Por eso las catalogo de esta manera. Creo que Lucia, como Los puritanos, permite de una manera mucho más amable hacer un balance entre la carga dramática y las posibilidades vocales, creo que son dos óperas mucho más amables que El pirata, por ejemplo”, expuso Camarena.

También destacó el trabajo que ha venido haciendo con la soprano estadunidense Nadine Sierra, con quien trabajó en su segunda Lucia en Barcelona y con el barítono polaco Artur Ruciński, su antagonista cuando debutó como Edgardo en el Teatro Real de Madrid en 2018, muy aplaudidos los tres en ambas.

“Soy muy afortunado de tener esta posibilidad de colaborar no solo con grandes artistas, sino con grandes seres humanos. Lo que ha evolucionado de estas colaboraciones previas ha sido la confianza, el respeto, que hay entre nosotros como colegas, el no estar en el escenario para competir y ver quién hace más o quién canta mejor o más fuerte. Es un trabajo en equipo basado en el respeto y la confianza. Hay escenas entre Nadine y yo en esta propuesta ahora, que a la hora de proyectarlas ante un público se perciben muy reales, al público le llega un espectáculo de mucha más realidad. Eso es una fortuna”.

​hc

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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