La cantante María del Sol y el tenor Javier Camarena compartieron hoy con sus seguidores una charla en vivo a través de Instagram. Los mexicanos recordaron que fue entre 2005 y 2006 —cuando el tenor se fue a vivir a Suiza— la última vez que estuvieron juntos en un escenario.
Ahora, ante el confinamiento por el covid-19, decidieron reunirse a través de esta red social en una especie de entrevista que la intérprete de "Quiero tu vida" y "Un nuevo amor" aprovechó para que el tenor compartiera cómo era de niño, sus inicios en la música y cómo está viviendo la pandemia por coronavirus, en Suiza.
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Camarena recordó que durante su niñez lo que más le gustaba era salir a jugar a la calle con sus amigos.
“Era un estudiante promedio, tampoco era de los más brillantes. Nunca estuve en la escolta. Iba a la escuela y todo, pero a mí me encantaba salir a jugar. Era un niño raro, hasta como a los diez, once años, porque no me gustaba mucho ver la televisión”
“Me gustaba mucho salir y jugar al escondite, las traes, los encantados, stop y los juegos que nos inventábamos entre nosotros. En ese tiempo teníamos la seguridad y la libertad de estar en la calle hasta que me llamaban, como a las nueve, diez de la noche para cenar”.
Durante la charla, Camarena le contó a María del Sol y a los espectadores cómo disfrutaba, desde pequeño, la música y recordó que ponía una y otra vez sus discos de acetato en la consola de la casa de sus abuelos.
“Tenía la colección que sacó Selecciones de Cri-Cri, tenía discos de Parchís, Cepillín, uno de un personaje que se llamaba Bubulín. Me cuentan que yo, de cuatro o cinco años, ponía los discos. Desde que me levantaba era ir, poner los discos en la consola [de sus abuelos paternos, que era en donde vivía] hasta que se hartaban mis tíos, que eran adolescentes. Decían ‘ya, basta’. Entonces agarraba yo mis discos, me los plantaba en la cabeza como marchante y me iba a casa de mis otros abuelos (que vivían a unas cuadras) a seguir poniendo los discos allá. Así eran mis días”.
El tenor relató que a pesar de que la música siempre le fascinó, hasta que tuvo 15 años fue invitado al coro de la parroquia de su comunidad. “Me clavé muchísimo con la comunidad de la parroquia hasta que terminé siendo director del coro y empecé a hacer los cantos que se hacían para la eucaristía. Ahí empecé a escribir los cantos para la liturgia y a la par llegué a la universidad a estudiar la licenciatura en Ingeniería mecánica eléctrica”.
Ante la sorpresa de María del Sol, quien preguntó qué tenía que ver una ingeniería con el canto, Camarena compartió cómo fueron sus años en la secundaria técnica y su paso por el taller de electricidad, luego el taller de electromecánica en el bachillerato y finalmente la ingeniería en la universidad.
Sin embargo, fue en el tercer semestre que redirigió su camino de nuevo a la música, pues a la par seguía participando en el coro de la parroquia de su comunidad. Eso lo impulsó a estudiar música, a los 19 años: “para hacer mejor mi trabajo en mi comunidad”.
María del Sol confesó que, cuando su carrera empezaba, soñaba con cantar en la televisión. Uno de sus sueños más grandes, dijo, era ser invitada a Siempre en Domingo: “y de repente esos sueños fueron sobrepasados por las realidades. ¿En tu caso —le preguntó al tenor-— hoy, estando donde estás, puedes decir que la realidad sobrepasó tus sueños?”.
Camarena respondió: “por mucho. En esta carrera, yo creo que en todos los géneros, muchas veces el talento no te asegura que tengas una carrera exitosa. Uno va construyendo, luchando y esforzándose para hacer realidad sus sueños”
“Yo me siento muy agradecido y muy bendecido porque no es solamente lo que fui construyendo, en su momento tuve mucha gente que tuvo a bien guiarme… Una vez que dije, ‘la ópera es lo que yo quiero hacer y esto es lo que a mí me gusta y voy a luchar’ fue ir tomando estas decisiones, ir dando estos pasos, teniendo paciencia y humildad que al final tienen que llevarte a algo bueno”.
“En mi caso el gran sueño que tenía era cantar en el Metropolitan de Nueva York. El haber tenido este recibimiento por parte del público de Nueva York, en mi debut en 2011 con El barbero de Sevilla, fue una cosa sobrecogedora… No es solamente haber llegado, sino tener permanencia. Desde entonces he estado por lo menos una vez por temporada”.
La charla también sirvió de pretexto para que sus voces volvieran a reunirse en un dueto virtual. Algo que, dijo María del Sol, “nunca he hecho esto de cantar a la lejanía”.
Camarena y Del Sol interpretaron "Amanecí en tus brazos", de José Alfredo Jiménez, provocando los aplausos virtuales de quienes seguían la charla y la emoción de la cantante.
Al finalizar, el tenor mexicano cantó Ideale, de Francesco Paolo Tosti, deseando que “vuelvan los buenos tiempos”, refiriéndose a la pandemia de coronavirus.
“Hay que replantearse esta idea de encierro, hay que replantearse esta idea de aislarse obligatoriamente. Creo que cada uno tiene que encontrar en su mente y en su corazón lo positivo de todo esto”.
“Que cada uno vaya replanteándose esta posibilidad de estar fuera de ese ritmo vertiginoso que nos obliga a vivir esta actualidad y que cada uno reencuentre las cosas que necesita reencontrar para que cuando volvamos a nuestra mal llamada normalidad seamos nosotros los que hagamos la diferencia, porque la hemos encontrado dentro de nosotros mismos”.
ÁSS