Cuando Javier Cercas comenzó a escribir el ciclo narrativo sobre el “procés” catalán –hasta el momento integrada por Terra Alta e Independencia–, lo había empezado más con la intención de ofrecer una perspectiva sobre un pasaje fundamental para el presente y el futuro de la región: “son resultado del desconcierto, del dolor y de la furia de todas estas cosas”.
Con el transcurrir de la escritura, se dio cuenta de que en realidad vino a salvarlo de las repeticiones de cualquier creador. Lo bueno para los escritores no es lo bueno. “Para nosotros lo bueno es lo malo, las crisis o el dolor: somos bestias carroñeras”, confesó el autor de Soldados de Salamina, uno de los primeros en tener participación en el Hay Festival Querétaro, a desarrollarse hasta el próximo domingo.
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“En un mundo feliz no habría literatura, poesía tal vez, poca y malísima, pero novela no habría. Y este libro, todo este ciclo narrativo, es el fruto de lo que ocurrió en Cataluña: en 2017 estuvo a punto de estallar en mil pedazos y, para mí, eso fue una sacudida tremenda. Para mí, hay un antes y un después con eso, porque cuando llega la Historia con mayúscula a tu casa, no se queda en la puerta, se mete”, destacó Javier Cercas durante una conversación que sostuvo con el escritor mexicano Emiliano Monge.
En la charla, celebrada en línea –dentro de la propuesta de una programación híbrida del Hay-, el narrador se refirió al papel que puede o debe jugar la literatura frente a realidades como la que describe en su ciclo narrativo: “contra lo que pensaba cuando era joven, ahora estoy seguro de que la literatura es útil, siempre y cuando no se proponga hacerlo”.
“En el momento en que la literatura se propone ser útil, se convierte en propaganda o pedagogía y deja de ser verdadera literatura. Si los escritores intentamos ser fieles a nuestras obsesiones y escribir lo mejor posible –inventar la realidad con la máxima complejidad posible--, entonces, la literatura sí es capaz de hacernos ver cosas que, sin ella, no veríamos”.
El ciclo será una tetralogía, adelantó Javier Cercas, donde el protagonista es el “mosso d’esquadra” Melchor Marín. En las novelas aparecidas hasta ahora, el escritor muestra las vinculaciones entre el poder económico y la política, el pasado y el presente, como una forma de reflejar aspectos que no necesariamente se alcanzan a vislumbrar en los medios de comunicación.
Desde su perspectiva, lo que hace la gran literatura y el arte es mostrarnos la realidad como si la viésemos por vez primera: la realidad física, la realidad moral y la realidad política, porque al final sí es capaz de revelarnos esos mecanismos que están a la vista, “pero no siempre los vemos”.
“Lo que hace es desenmascarar a la realidad: desautomatizar significa desenmascarar; la realidad está ahí, pero viene alguien que nos dice que es de otra manera y eso es lo que hacen los grandes escritores”, destacó Cercas en la charla con el escritor mexicano.
La propuesta literaria de Javier Cercas se generó por una necesidad de renovación, de reinvención, en palabras del narrador, quien se definió como un seguidor de esos escritores que son los mismos, pero siempre son distintos: porque siendo fieles a lo que son cambian constantemente y, en su caso, había esa necesidad de reinventarse y de buscar otras cosas: “tengo fama de ser un novelista político, pero no me considero tal; lo cierto es que el ciclo sí tiene una dimensión política, porque no deja de ser un retrato de una elite político-económica enquistada en el poder”.
yhc