Serrat deja los escenarios, aunque seguramente realizará otras grabaciones, además de dejarnos una generosa colección fonográfica en la que destacan sus incursiones en la obra de grandes poetas, como Rafael Alberti, Antonio Machado, Ernesto Cardenal, León Felipe o Jaime Sabines. Esta faceta de su carrera es abordada de manera acuciosa en el libro Serrat y los poetas (Efe Eme, 2021) de Luis García Gil, quien ha estudiado la obra del artista español.
Hijo del también poeta José Manuel García Gómez, García Gil dice en entrevista que a través de la poesía que lo envolvió desde pequeño, muy joven se encontró con los cantautores que formaron parte de su educación sentimental. A la vez que descubría a Antonio Machado, Miguel Hernández, Pablo Neruda o César Vallejo, refiere que “Joan Manuel Serrat apareció en el camino y desde temprano fue una referencia primordial, pues me atrajo la relación tan importante que ha mantenido con la poesía”.
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Para el autor de Mediterráneo, Serrat en la encrucijada (Efe Eme, 2019), libro que va en su cuarta edición, “Serrat es quien mejor ha cantado a los poetas. Siempre se habla de Paco Ibáñez —y hay que hablar de él porque fue de los precursores en España a la hora de ponerle música a la poesía— y, por supuesto, de Alberto Cortés, que le pone música a la poesía de Antonio Machado antes que Serrat. Sin embargo, para mí, quien mejor lo hace, desde el punto de vista de la divulgación, de la calidad y del riesgo, es Serrat. Para mí él es un poeta que canta, aunque a él no le gusta esa definición porque se considera más un escritor de canciones. Para mí sus canciones tienen una poesía impresionante desde sus primeros discos en catalán, pues son auténticos poemas cantados, con la virtud de que también tienen una música maravillosa”.
¿Cree que los poetas han influido en la forma de escribir canciones de Serrat?
Absolutamente, aunque reconoce que fue hasta la universidad cuando empieza a entablar una relación con la poesía como descubrimiento. Es una relación muy natural, nada académica, nada intelectual, porque Serrat siempre ha sido un hombre muy cercano a la gente. De pronto, esos versos escritos varios años atrás, a los que les estaba poniendo música, estaban vigentes, contaban cosas que de alguna manera él quería explicar en sus canciones. La poesía de Machado o Hernández está muy engarzada a las propias canciones de Serrat en letra y música. Es algo maravilloso cómo se produce esa simbiosis entre los poetas y Serrat.
¿Cómo nace este libro?
"En mi aproximación a Serrat, que ha sido destacado a nivel de cantidad de mis libros dedicados a él, faltaba uno en la poesía cantada, porque para mí es tan valiosa su labor poniéndole música a los poetas, que escribiendo sus canciones. Tan importante es Mediterráneo como Cantares, o Lucía como Para la libertad. Es decir, Serrat ha cantado a los poetas con una naturalidad tan asombrosa que al final se han integrado a su propio mundo y a su propia manera de ver y sentir la canción".
El autor. (Especial)
¿Serrat es cantautor?
"El concepto cantautor en sí mismo es muy restrictivo: lleva a pensar en un señor con una guitarra que te suelta un sermón. Serrat es un músico fantástico con una intuición maravillosa que realmente hace canciones que no merecen ser etiquetadas como canción de autor, o no solo eso. En su caso hay un mundo de armonías y de melodías, de riqueza tanto vocal como instrumental. Serrat es un ícono de su tiempo, un hombre de una modernidad tremenda y que, además, era muy pop en su espíritu, en su manera de darse a los demás. Serrat rivaliza en España con los Beatles y también en América con la música anglosajona, y en cierta manera tiene mucho de ese espíritu folk y pop, y claro, convierte a Machado en un fenómeno popular. Machado entra en las listas de éxitos de una manera muy importante".
Como los Beatles, fue un fenómeno desde el inicio, y como ellos, sigue vigente.
"Con Serrat pasa una cosa: ha tenido una trayectoria muy larga. Imagínate si Serrat graba Mediterráneo y se retira, pues quedaría la leyenda, el aura. Pero Serrat ha envejecido con su público y ha seguido haciendo discos maravillosos. La crítica ha sido rigurosa con sus nuevas grabaciones porque siempre está la comparación con el pasado superlativo, pero hay muchos Serrat más allá de los 60 y los 70. Yo reivindico incluso al Serrat de los 90, que tiene discos muy buenos y muy interesantes. Sigue estando ahí y es un leyenda viva de nuestra música, por ello siempre hay que reivindicarlo y no tener ese complejo de inferioridad ni situarlo a la altura de los grandes íconos anglosajones".
Al inicio, grabar discos dedicados a los poetas significó un riesgo para Serrat.
"Cuando grabó el disco de Machado dijo que no quería aprovechar su popularidad para embrutecer a la gente. Yo me quedé con esa frase porque me parece muy ilustrativa de la búsqueda estética y artística de Serrat. Cantarle a Antonio Machado no fue una jugada comercial, sino un acto de osadía por su parte, porque la compañía para la que grababa quería que siguiera grabando canciones suyas en castellano. Pero Serrat no es Julio Iglesias, no es Raphael. Serrat es un artista con sustancia y contenido. La pregunta es si hoy se podrían producir artistas de ese tipo. Quizás el mundo ha cambiado mucho, tal vez las utopías están en otro estado".
¿Qué poeta le gustaría que musicalizara Serrat?
"Serrat ha cantado a los poetas que en cada momento ha necesitado cantar. Ni creo que los que lo estudiamos ni sus seguidores deberían de pedirle que cante a un determinado poeta, sino que eso tiene que ser algo natural. En mi caso, te diría, de manera directa, que Neruda. Creo que Serrat hubiera encajado muy bien en el mundo del poeta, porque incluso lo visita en Isla Negra, cuando él además había terminado el disco de Miguel Hernández. Sí se habló de que Serrat podría trabajar en un disco de poemas de Neruda, pero al final no llegó a concretarse. Pero, insisto, Serrat no se levanta una mañana para decir: voy a poner música a Vallejo. Es una cuestión que va con el tiempo".
El perfil
Luis García Gil, poeta y ensayista.Autor de libros de poesía como La pared íntima (2007), Al cerrar los ojos (2010) y Las gafas de Allen (2013), ha escrito ensayos sobre cantautores, entre ellos, Jacques Brel, una canción desesperada (2009), Aute, lienzo de canciones (2016), Marisol, Pepa Flores. Corazón rebelde (2018) o Ana Belén, Víctor Manuel. Los latidos de un país (2018). Apasionado del cine, también ha publicado François Truffaut (2009), Don Siegel & Clint Eastwood. Una historia del cine americano (2015) y Carlos Saura, cineasta de la memoria (2018).
hc