Joëlle Léandre: sonido de un contrabajo anarquista y subversivo

Junto con Myra Melford y Ben Goldberg, la también compositora encabeza hoy la celebración de los 60 años de Casa del Lago.

Los artistas “podemos cambiar la vida de una persona”, dice en entrevista.  Ds-Artis-D
Ciudad de México /

Como su música, la contrabajista y compositora Jöelle Léandre es imaginativa en su discurso al describir su obra. Pasa de un concepto a otro y casi no da pie a las preguntas, como si adivinara lo que uno quiere saber sobre alguien que ha contribuido a otorgarle al contrabajo un lugar protagónico.

Con Myra Melford y Ben Goldberg, Léandre se presenta hoy a las seis de la tarde en Casa del Lago Juan José Arreola como parte de las celebraciones por sus 60 años como centro cultural.

El próximo año, dice en entrevista, “cumpliré 60 años tocando el contrabajo, que es mucho, nunca he parado por mi carácter, mi temperamento. Probablemente he cambiado la forma en la que la gente percibe al contrabajo —afirma con una sonrisa—, pero ha sido algo natural”. 

A continuación algunos conceptos que serán mejor entendidos después de oír su música. 

Contrabajo. Es un instrumento de sonido bajo, muy demandante. Me encanta su caja, una caja vacía que tienes que llenar con toda tu vida.

Free jazz. Provengo del free jazz, soy hija del free jazz. Yo creo en la oralidad, en la música oral.

Subversiva. Soy una anarquista, soy una persona subversiva, tal vez por mis raíces… 

Nomadismo. Viajo mucho, toco mucho, soy toda una gitana.

Tocar a la gente. Los músicos tocamos a la gente, podemos cambiar la vida de una persona. Incluso si no le gusta, tal vez despertará cinco años después y dirá: ‘Ah, recuerdo esta persona que golpeaba el contrabajo…’

Expresión. Música es expresión: vida, muerte, política, ira, felicidad, frustración… Al menos así me expreso yo. 


Ser uno mismo

Músicos como John Cage, Cecil Taylor, Bill Dixon y Anthony Braxton, pero también sus lecturas, su amor por las artes plásticas y toda su experiencia de vida, provocaron en Léandre la posibilidad de ser ella misma, “de ser responsable de los sonidos que provocas. Porque la música es sonido, dependiendo de cómo lo construyas. Por eso tenemos a alguien como Miles Davis: te pones de espaldas y escuchas a 10 trompetistas y dices: ‘este es Miles’. Lo mismo ocurre con Derek Bailey, Evan Parker, Vivaldi, Mozart o Pablo Casals. Es el sonido, no las notas, lo que los haces diferentes”. 


  • Xavier Quirarte
  • xavierquirartenuevo@gmail.com
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras

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