También Whatsapp es una paloma negra. Día extraordinariamente bochornoso para ser noviembre, pos muertos. La noticia cae justo en el Centro de Ciudad de México, a la que tanto quiso. No puede ser, primera reacción ¡Vaya otoño! Ahora es Pepe de la Colina, siempre Pepe porque era un embajador en el corazón de varias generaciones de reporteros, lectores y escritores. No puede ser, a la altura de Uruguay, poco antes de San Juan de Letrán. Se sabía que venía padeciendo la vida, que bajaba la Colina, pero este tipo de noticias, Whatsapp también es un ave que anuncia desdichas, siempre caen por sorpresa como si nunca terminara de suceder una existencia, y menos una tanta existencia como la de José, generoso en grado sumo y dueño de una biografía entrañable.
La semana que presagia el quinto centenario del encuentro entre Moctezuma y Cortés, el encuentro de la historia universal, el saludo de la gran economía del mundo, la vista que anunciaba la Modernidad, justo en esta semana se tenía que ir Pepe, tan de aquí y tan de allá; espejo, puente, herencia, abrazo, sentimiento, doble corazón de doble llama. Pepe el del corazón partido, el que narró con detalle su Santander, su Distrito Federal, sus callejones en las arterias y sus debilidades por las letras. Justo en el festejo de aquel encuentro que intercambiaría tesoros, oros, se le ocurre a Pepe hacer el viaje, el último viaje. San Juan de Letrán, a las tres de la tarde, es un hervidero, una danza incansable de seres con y sin destino. Larga y apurada caminata para unas líneas urgentes al recién fallecido, huido de España, vagabundo en las Islas, arribado en México.
El español pierde a una de sus referencias trasatlánticas, quisiera decir la pluma, la vieja máquina de escribir de las redacciones de antaño, de pipa y brea. Esta casa editorial lamenta, se duele por la ausencia de uno de los verdaderamente grandes del periodismo, de la literatura, de la edición de revistas. Larga es la lista de empresas que formó Pepe de la Colina, con ese nombre musical que parece que camina, que anda sobre las teclas, sobre la libreta de apuntes. Traer a cuento la vida de un hombre puede ser abominable; repasar su obra, ya tan viva, es dibujar un portarrelato para el incierto futuro, Whatsapp es, también, una mala noticia portátil. Sube, Pepe, a la colina.
@LudensMauricio
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