Joven pintora promueve temática mexicana en 3D

Adriana del Rocío García tiene 33 años de edad, 30 de los cuales conforman una ardua trayectoria como pintora; desde sus inicios, a los 3 años, ha ganado múltiples premios nacionales e internacionales y recientemente ha dado la vuelta al mundo con sus pinturas de arte urbano en tercera dimensión, una tarea que le permite promover la cultura mexicana

Según su mamá, Rosina Hernández, todo empezó como una búsqueda de actividades recreativas para sus cuatro hijos. “Tengo fotos de Carlos Alberto, todavía como de año y medio, ya empezando con sus primeros trazos, y de Adriana a los 3 años, cuando ya había ganado un concurso de pintura. Ella hizo un dibujo para Japón, cuyo premio llega un año después, cuando tenía cuatro años, entonces, obtuvo su primera medalla de bronce”.

“Dice mi mamá —cuenta Adry, mientras da los últimos toques a su obra más reciente— que nuestros hermanos fueron los que nos enseñaron a nosotros y fue como un proceso en familia de ir aprendiendo a desarrollar las técnicas”.

Pero el trayecto no ha sido sencillo puesto que “desde pequeños se han disciplinado, han estudiado mucho; mientras otros niños tal vez jugaban, ellos se dedicaban a pintar. Es más, mucha gente me criticó —para qué te digo que no—, porque me decían: ‘No los dejas ser niños’, pero en realidad yo muchas veces les dije: dejen de pintar, y me decían: ‘No, mamá, nos encanta pintar’”, recuerda la señora Hernández.

Desde 2008, que ganó su primer concurso de pintura en piso en un festival de arte urbano, Adry ha sido invitada a pintar y exponer en más de 20 países. Así, junto con su hermano, que también es pintor, se ha vuelto una especie de pintora trotamundos que dedica su vida a llenar de color las calles.

“Hemos estado en Francia, Italia, Holanda, Dinamarca, Alemania, Tailandia, Estados Unidos. Terminando este proyecto en Ciudad de México viajamos a Holanda y a Alemania, luego regreso yo a Estados Unidos y mi hermana se va a Israel; después nos volvemos a encontrar en Estados Unidos, otra vez. Entonces sí es como estar viajando mucho, a veces nos separamos, a lados opuestos del mundo y luego nos reencontramos en otro país”, explica Carlos Alberto, hermano menor de Adriana, también artista plástico.

El más reciente trabajo mural de este par de artistas puede apreciarse en Ciudad de México, en uno de los muros del Hotel Fontán (en la esquina de la calle Humboldt y Paseo de la Reforma). Se trata de un mural 3D titulado Árbol de la vida, que recupera una gran cantidad de elementos puramente mexicanos para promover la riqueza de nuestro país.

“Me siento muy orgullosa de ser mexicana y creo que nuestra cultura tiene mucho que seguir aportando al mundo. Por eso casi toda mi temática, desde mi obra en caballete, tiene que ver con ella. Tenemos muchas cosas hermosas y positivas, incluso cuando se trata de temas duros trato de darles la vuelta para que sean propositivos”, señala Adriana.

Una pintura en tercera dimensión es “un dibujo anamórfico que solo funciona desde un punto de vista. Entonces, si le tomas la foto de lado ya no se puede apreciar bien, es decir, el espectador tiene que pararse en el punto exacto.

“A veces cuando estamos en persona frente al dibujo cuesta un poquito entender, porque es un dibujo alargado y nuestro cerebro lo sigue alargando como respuesta, pero cuando se observa a través de la cámara es más sencillo, porque el aparato no tiene este proceso”, explica Adriana.

Por lo pronto los transeúntes de la ciudad, como Carlos Peña, a los que les llama la atención. Carlos se baja de su bicicleta para tomarle fotografía a La Catrina que desde ahora corona este muro del Hotel Fontán mientras refiere que le llamó la atención “porque está muy bonito el trazo, está muy proporcionado. Me gusta la definición de los colores, cómo se está construyendo. Ahorita están trazando de aquel lado las líneas guía y la pintura le va dando vida poquito a poquito”.