Por unanimidad, el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez fue reconocido con el IV Premio Bienal Mario Vargas Llosa, por su novela Volver la vista atrás, una obra en la que, “con enorme habilidad narrativa y una prosa extraordinaria, trabaja con materiales de la realidad enhebrando el presente con los avatares del convulso siglo XX”, de acuerdo con el acta del jurado, presidido por la periodista argentina Leila Guerriero.
“Basada en un admirable trabajo de investigación, la novela es un gran lienzo en el que se despliegan conflictos que marcaron nuestro tiempo, y en cuyo centro anidan las vidas de un puñado de personas que han sido impactadas por el peso de la Historia. Resulta así, a la vez, un mural de los enfrentamientos políticos e ideológicos más relevantes del siglo que pasó y un relato emotivo y perturbador, por momentos trágico, acerca de padres e hijos, legados y culpas, identidad y convicciones”.
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Tras darse a conocer su nombre como el escritor galardonado, quien compitió con Selva Almada, Carmen Boullosa, Rosa Montero y Alejandro Zambra, el narrador colombiano señaló que Volver la vista atrás está escrita desde la misma obsesión que ha animado casi todos mis libros anteriores: esa obsesión por contar el espacio donde las vidas privadas chocan con las fuerzas tan misteriosas de la historia y de la política.
“Esta vez ha sido un poco distinto y mi gran reto como novelista ha sido ocuparme de reinterpretar, reimaginar, las vidas reales de dos personajes que no sólo existen, sino que son mis amigos y los conozco: Sergio Cabrera, el cineasta, y su hermana Marianela, a quien debo agradecerles la confianza con la que pusieron en mis manos sus recuerdos, sus documentos, sus vidas, para que las reimaginara a través de la novela, que llega a iluminar espacios de vidas reales que no con accesibles a otras formas que hemos inventado los seres humanos para contar al mundo”.
Un premio especialmente importante para Juan Gabriel Vásquez por el lugar que ocupa la obra de Vargas Llosa en su vocación literaria y no sólo por sus novelas, sino por una cierta manera de ser escritor, de asumir el oficio literario.
Para Mario Vargas Llosa, se premió a “un magnífico escritor, un escritor cuajado, que tiene como dar la vuelta al mundo mirando a la cara a los mejores”.
La literatura sirve para imaginar otra realidad
En una conversación que sostuvo con Leila Guerriero y con la escritora mexicana Rosa Beltrán, el Premio Nobel de Literatura insistió en la importancia que tiene la literatura para imaginar otra realidad, distinta y mejor que esta: crea ciudadanos incómodos, incontrolables: si deseas un mundo distinto, es porque no estás contento con este mundo, por razones que pueden ser muy contradictorias de un lector a otro lector, “pero claramente esas personas que no están contentas con el mundo tal como es son peligrosas para el poder, son inexplicables, no se entiende por qué están disgustados tal como es y sueñan con otros mundo”.
“Un gobierno autoritario o totalitario lo que quiere es controlar a los individuos desde su cuna hasta su muerte. Esos lectores insatisfechos que están pugnando contra una realidad que rechazan son muy peligrosos para ese sistema. Por eso tratan de controlarlos: todos los regímenes con muy pocas excepciones, tan sólo España prohíbe durante 300 años que se publiquen y se escriban novelas en América Latina”.
Desde su mirada, eso indica la importancia que tiene la novela para la libertad, lo que establece una forma de independencia del lector promedio frente a los gobiernos, con lo cual “la libertad es un ingrediente fundamental de las sociedades que quieren progresar, que quiere transformarse”.
Y además..
Reconocimiento a la diversidad
La obra de Juan Gabriel Vásquez fue elegida de entre más de 400 que respondieron a la convocatoria, siendo cinco los finalistas: además del colombiano, No es un río, de la argentina Selva Almada; del chileno Alejandro Zambra Poeta chileno; La buena suerte, de Rosa Montero, y El libro de Eva, de Carmen Boullosa.
Prohibido entrar sin pantalones, del español Juan Bonilla; Si te vieras con mis ojos, del chileno Carlos Franz, y The Night (Alfaguara), del venezolano Rodrigo Blanco Calderón, fueron los primeros ganadores del Premio.
amt