Kidman y Whiterspoon estrenan su dura teleserie ‘Pequeñas grandes mentiras’

El abuso psicológico, la desesperación, la violencia doméstica y hasta la violación en pleno entorno familiar son temas que saca a la luz este proyecto conjunto de las actrices

Miguel Cane
Ciudad de México /

Ambas son ganadoras de premios Oscar —la australiana en 2003 por Las horas y la estadunidense en 2006 por Walk the line— y han sido amigas desde hace años. Que ahora Nicole Kidman (Hawái, 1967) y Reese Whiterspoon (Baton Rouge, 1976) se reúnan por primera vez en pantalla como coproductoras y coprotagonistas de la miniserie de siete episodios de HBO Pequeñas grandes mentiras no es una sorpresa.

Lo que sí resulta sorprendente es el aplomo con el que ambas abordan sus complejos personajes: Celeste Wright y Madeline MacKenzie, que encabezan a un grupo de amas de casa habitantes de la próspera península de Monterey en California, cerca de San Francisco, enfrentadas a los oscuros conflictos que laten tras las aparentemente armoniosas relaciones matrimoniales y familiares, y que incluso llegan a un misterioso asesinato en medio de una celebración escolar.

El elenco lo completan Shailene Woodley, Laura Dern, Alexander Skarsgård, Adam Scott y Zoë Kravitz. Los siete episodios son dirigidos por Jean-Marc Vallée, director de Wild y Dallas buyers club, seleccionado específicamente por las dos actrices y productoras para encargarse de este proyecto que, para ambas, es algo muy personal.

¿Cómo se les ocurrió colaborar en 'Pequeñas grandes mentiras'?

NK: Todo empezó cuando leí la novela de Liane Moriarty en 2014. Es una escritora de mucho éxito porque sus libros son muy interesantes, no pueden categorizarse en un solo género, son thrillers psicológicos pero también tienen un agudo sentido de la comedia y personajes muy bien desarrollados. Además, ella es australiana, como yo, y siempre tengo un interés en la literatura de mi país (risas). Leí el libro y quedé fascinada. No es común encontrar historias que están escritas para mujeres de más de 40 años, y que además tienen personajes de carne y hueso, con arcos dramáticos tan interesantes. De inmediato pensé que era algo que quería hacer.

RW: Yo por mi lado también leí el libro, porque siempre estoy a la búsqueda de buenas historias, y esta me encantó porque muestra cómo nos preocupamos por la imagen que damos a los demás y cómo buscamos la manera de reinventarnos para evadir las cosas que no nos gustan de nosotros mismos. Es un relato irresistible sobre tres mamás que tratan de salir adelante ante varias situaciones: violencia doméstica, una violación, criar a los hijos, la presión del estatus… Me encantó y se lo comenté a mi productora asociada, Bruna Papandrea (juntas ya habían producido Perdida y Wild) y ella de inmediato buscó los derechos.

NK: Las dos buscamos los derechos al mismo tiempo. Fue como magia y decidimos que sería un gran proyecto para hacer juntas.

RW: Ya sabes, siempre dices: “Sería maravilloso poder hacer tal o cual cosa juntas, deberíamos hacer algo”, pero nunca llega el formato o el libreto adecuado. Aquí se dieron todas las circunstancias. Como todas las cosas buenas, tenía que ser, y sucedió.

Esta es la primera adaptación de una novela de Moriarty, ¿cómo fue la colaboración con ella?

NK: Yo estaba en Australia y la contacté para hablar del proyecto una vez que tuvimos los derechos asegurados. Sus otras novelas, que son todas muy buenas, están o estaban en distintos niveles de desarrollo para ser adaptadas al cine, pero a ella le entusiasmó la idea de que fuera una miniserie para televisión, porque así se haría justicia a la trama, en vez de condensarla para que fuera de dos horas o menos: su entramado es tan complejo, que suprimir una sola hebra la arruinaría.

RW: Pensamos que la mejor manera de desarrollarla sería ambientándola en Estados Unidos, y Liane estuvo de acuerdo. Invitamos a David E. Kelley a hacer la adaptación, porque es un escritor espectacular —sus personajes femeninos (Ally MacBeal, por ejemplo) son memorables, y sabe muy bien manejar esa línea entre el humor y la tragedia. Esto le dio mucha confianza a Liane. Todos los cambios fueron superficiales y básicamente de locación, sin alterar su trama, y se consultaron con ella.

Tú invitaste al director.

RW: Jean-Marc es maravilloso. Es gran observador y tiene una sensibilidad particular; lo mismo puede captar paisajes formidables —y la península de Monterey los tiene, como lo podrán ver en la serie— que la intimidad de una escena entre dos personajes. Me pareció que sería idóneo para este proyecto, más cuando decidimos que fuera para televisión, donde podemos desarrollar mejor las escenas y las atmósferas.

¿Y ustedes tuvieron, como productoras, alguna opinión sobre el resto del elenco?

NK: La novela tenía tantos personajes fascinantes que era una tarea titánica encontrar a los actores ideales para los personajes. Por ejemplo, yo siempre quise trabajar con Laura Dern —soy una gran admiradora de su trabajo desde siempre y cuando empezaron a buscar a alguien para hacer de Renata Klein, que es aparentemente la villana de la historia, una mujer elegante y autosuficiente, una mamá devota pero con voluntad de hierro, de inmediato pensé ¡Laura Dern!, y por suerte estaba disponible y fue un deleite trabajar con ella. Y con Shailene y Alexander.

RW: Para el personaje de Jane, que es una madre soltera y muy joven, las opciones eran abrumadoras, pero siempre tuvimos en mente a una actriz que tuviera la sensibilidad para encarnar a alguien que es, al mismo tiempo, insegura y valerosa. Shailene tiene esas cualidades que la hacen única en su rango de edad. Los personajes masculinos se expandieron de la novela, para tener una mayor profundidad. Tanto Alexander Skarsgård como Adam Scott y James Tupper resultaron ser las elecciones idóneas para los maridos. Y Zoë Kravitz es una persona tan extraordinaria en la vida real, que el personaje de Bonnie se transformó completamente a través de ella. Es algo insólito, porque nunca hubiéramos pensado que iba a convertirse en una fuerza de la naturaleza y que iba a imponerse ante alguien como Laura Dern, por ejemplo, que es una de las mejores actrices del mundo. Se armó un elenco perfecto. Nos enamoramos completamente de ellos.

¿Qué hay de sus personajes? ¿Aportaron ustedes algo personal a ellas?

RW: Madeline es algo curioso. No tuve que aportarle nada, sino que más bien, encontré en ella mucho de mí. Es una mujer que recién cumplió 40, igual que yo, que está criando una hija adolescente de su primer matrimonio, igual que yo, y una hija pequeña de su segundo matrimonio, igual que yo (risas). Es un personaje muy rico, lleno de matices. Es la líder de estas mamás insumisas, que sin imaginárselo se verá involucrada en una tragedia en el corazón de su comunidad. Pero lo interesante es su filosofía de vida; Madeline toma las cosas con humor, con alegría y cuando tiene que ser mala… es increíble. Es un personaje que te llega al corazón desde que la lees y creo que esta vez, la televisión brinda la oportunidad de explorar toda su riqueza.

NK: Como dijo Reese, cada personaje es diferente. Por ejemplo, el de Shailene es como una niña a primera vista. Un bebé criando un bebé. Y también es una sobreviviente de algo horrible. Eso es algo que tienen en común estas tres; son sobrevivientes. Y lo maravilloso es que también hay muchas formas de ver a los personajes. Cuando en el primer y segundo capítulos comienzas a conocer al personaje de Laura, piensas “oh, es una perra”. Esto es porque llena específicamente los arquetipos que asociamos con ese tipo de personajes, pero cuando la ves más de cerca, empiezas a darte cuenta de por qué la percibimos así. Esta historia trata justo acerca de eso: las percepciones no necesariamente coinciden con la realidad. Celeste, a primera vista, es una mujer que lo tiene todo: un marido millonario, hijos hermosos, belleza, dinero, glamour. Pero por debajo puede percibirse la desesperación, el horror secreto e íntimo con el que vive. Pero no todo en ella es blanco y negro; hay una gran escala de grises. Te hace pensar en que muchas veces detrás de un matrimonio perfecto, que se ama genuinamente, como sucede con Celeste y su marido Perry, también puede haber una corriente oculta, y que no es algo que los demás puedan notar tan fácilmente.

Celeste es un personaje que vive una dinámica de violencia doméstica y esa es una de las tramas principales. ¿Cómo fue hacerla tridimensional, como dices?

NK: Es muy conmovedor. Yo he interpretado mujeres complicadas antes. La madre en Rabbit Hole, Grace en Dogville, Virginia Woolf en Las horas. Mujeres con situaciones extremas. Pero en este caso estamos tratando con algo más inmediato. Algo que le puede suceder a cualquiera —que está sucediendo justo ahora, mientras hablamos. Y la violencia de género no conoce de estratos sociales; ocurre y hay muchas mujeres en este momento alrededor del mundo que tienen que vivir con ello y con cosas peores de las que enfrenta Celeste. Esto es ficción, pero cuando hacía esas escenas, y se descubre desde el capítulo uno, yo quería ser lo más honesta posible, porque es una situación auténtica y es un mensaje importante. No estás sola. No tienes que pasar por eso sola. Siempre puede haber una solución.

RW: Ese fue el viaje de Nicole. Yo no estaba con ella cuando rodó esas escenas y cuando las vi, me impresionó. Es una situación traumática y la representa sin artificios. Creo que es una de las actrices más valientes que conozco, y esa interpretación suya es del tipo que te cambia la idea sobre cualquier mujer en una situación semejante. Es importante sacar este tema a la luz. Hablar de él. La violencia doméstica. La violación. Los abusos psicológicos. El bullying y sus consecuencias. Todo eso está en el libro y está en la serie. Es un tema actual. Lo hemos tratado con humor y con agilidad y con suspenso… pero también con honestidad.

¿Cómo esperan que el público reciba la serie?

RW: Espero que haya hombres que la vean con sus esposas, sus novias, sus parejas. Que se establezca una comunicación entre ellos. Que se pueda romper el tabú de decir que “eso solo le pasa a otros”. Si además de darle a la audiencia siete noches de domingo con mucho entretenimiento, podemos darles algo en qué pensar, creo que entonces todo el trabajo en equipo que hicimos valdrá la pena y será estupendo.

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