koalas

Este poema forma parte de "Poetas sin muro", proyecto sobre escritores alemanes contemporáneos que prepara el traductor y ensayista mexicano Gonzalo Vélez

Editorial Milenio
Ciudad de México /

tanto sueño en solo un árbol,

tantas pelotas de pelo

en todas las ramas, una bohemia

de pereza que en las copas se aferra, se aferra,

se aferra con un fajo de pernos de alpinista

como garras, nunca loados escaladores

de las terrazas silbantes

de la selva, estoicos melenudos,

budas llenos de piojos, más rudos que el veneno

que crece en las hojas, con sus orejas en pares

de algodón que los protegen de las tentaciones

en un rinconcito de mundo: jamás un “waterloo”

tuvieron, ningún “paseo a canossa”.

contémplalos, grábate su imagen, antes de que

sea muy tarde —esa dulce cara de

tacaño, el gesto de ciclista en competencia

justo antes de ganar la etapa, lejos del suelo,

sin embargo cerca de tocarlo su decrépito

gris —, antes de que otra vez bostecen, se estiren,

se hundan en un sueño de eucalipto.

Traducción de Gonzalo Vélez

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