Kraus y Magallanes entablan un diálogo

Son relatos breves en los que se conjuga la escritura y el dibujo de los creadores.

El autor y el ilustrador desarrollaron el proyecto.
Jesús Alejo Santiago
México /

Se trata de un diálogo que, en ciertos momentos, se transforma en un monólogo, por aquello de que cada uno de ellos respeta lo que el otro desarrolló para No eran letras, eran hormigas (y otros relatos breves) (Sexto Piso, 2018), un libro en el que se conjuga la escritura de Arnoldo Kraus con ilustraciones de Alejandro Magallanes.

“Este es un esfuerzo de escritura diferente: son relatos breves, a los cuales no había accedido. Sí tengo una cantidad de poesía que nunca he publicado y pequeños cuentos que no he publicado, he sido lector de gente que escribe relatos breves e inteligentes, como Tito Monterroso, Kafka, quienes te van invitando conforme los lees y mi idea al acercarme a ellos fue remedarlos un poco y escribir relato breve, que me ha favorecido por el tiempo, porque toma menos tiempo, aunque los leo y los releo muchas veces”, explica el autor de los textos.

Mientras, Magallanes, asegura que sus imágenes parten de la admiración que tiene por la escritura de Kraus, lo que se combina con su propio interés por lograr la suficiente libertad creativa para dejar huella de su autoría en los dibujos, que no sean solo un complemento. “Lo más importante es que ya éramos amigos, pero nos faltaba conocernos en esta parte creativa, y la admiración de la que hablo te lleva a querer hacer el mejor trabajo posible, que te resulte divertido a ti y al otro, en este caso también al lector”.

En No eran letras, eran hormigas se reproducen obsesiones, angustias y placeres de Arnoldo Kraus: temas como la política, el suicidio, el tiempo, el amor, la infidelidad, la amistad, los hijos o la familia; son textos cortos, que tienen ficción pero con una gran dosis de realidad, bajo el convencimiento de que “entre nacer y morir todo son relatos breves e imágenes, palabras y trazos ensamblados que se nutren entre sí”.

En algunos textos aparezco yo, en otros se trata de Alejandro, los que nos entrevistan están en otros y lo veo así, porque ahí estamos de diferentes maneras”, explica Kraus en entrevista.

En cada uno de los relatos hay una muestra del estilo del escritor y del ilustrador, al reflejarse ideas con cierta ironía, con sarcasmo y con mucha denuncia, porque lo más importante era retratar a la realidad “a través de otro tipo de escritura, mucho más llena de la libertad de la ficción, a diferencia de escritor con tono ensayístico que había escrito en el pasado.

“Lo que me parece muy bonito”, observa Magallanes, “inusual en algún sentido, es la facilidad con la que desarrollamos el proyecto. Sí, era una especie de cadáver exquisito, en el que lees pero no vas a replicar tu lectura, sino lo vas a reinterpretar, siempre con el objetivo de que las imágenes estén a la altura de los relatos, cuya sabiduría me gusta mucho: a pesar de que podría pensarse de que hablan del México contemporáneo, se pudieron haber escrito en cualquier otro momento. Son muy humanos”.


Aparte, dice, Kraus es un médico de profesión, “lo que le da una experiencia humana mucho más intensa”. 

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