“La arqueología la hacen legiones de científicos”

Entrevista

El arqueólogo Leonardo López Luján coordina Al pie del Templo Mayor de Tenochtitlan, que abre las puertas a una nueva generación de especialistas.

Leonardo López Luján. (Cortesía: Héctor González)
Héctor González
Guadalajara /

El hallazgo de la Coyolxauhqui, el 21 de febrero de 1978, marcó el inició del Programa Templo Mayor, que encabeza desde entonces Eduardo Matos Moctezuma. Gracias a sus investigaciones hoy sabemos más de los mexicas y de Tenochtitlan. El arqueólogo Leonardo López Luján se sumó al proyecto en 1980 y desde entonces ha sido uno de sus más destacados investigadores. Ahora, junto con Ximena Chávez Balderas, coordina Al pie del Templo Mayor de Tenochtitlan. Estudios en honor a Eduardo Matos Moctezuma (El Colegio Nacional), publicación que abre las puertas a una nueva y destacada generación de especialistas.

—¿Qué los lleva publicar este volumen?

Hay dos motivaciones. Hacer un gran homenaje al fundador de los programas Templo Mayor, creado en 1978, y Arqueología Urbana (1991): Eduardo Matos Moctezuma. Hace 40 años se inauguraron los trabajos en el Centro Histórico y desde entonces varias generaciones de especialistas hemos trabajado con el ánimo de recuperar la mayor parte posible del recinto sagrado de la isla Tenochtitlan. Otra motivación proviene de que en los últimos años ha habido una revolución del conocimiento. Hemos encontrado estructuras de las que no sabíamos nada pero que estaban documentadas y que se encuentran justo al pie del Templo Mayor. Nos pareció el momento de recapitular los grandes hallazgos de los últimos cinco años. En ese sentido, el libro es muy interesante porque tiene 38 capítulos realizados por 54 especialistas.

—Se puede ver como un cambio de estafeta en la nueva generación de arqueólogos.

Efectivamente, en cuatro décadas hemos pasado por ahí un importante número de especialistas que no somos únicamente arqueólogos; también hay restauradores, químicos, geólogos o biólogos. El libro está dedicado a nuestro líder espiritual, pero bien puede ser un corte de caja del recambio generacional que le rinde tributo al fundador.

—Supongo que esta revolución en las investigaciones va de la mano con el desarrollo de la tecnología.

Las nuevas generaciones vemos más que nuestros antecesores porque estamos parados sobre sus hombros. Tenemos la ventaja de contar con nuevas metodologías y tecnologías. Ahora usamos muchos recursos geofísicos que nos permiten conocer el subsuelo sin la necesidad de excavarlo; usamos un escáner tridimensional para hacer mapas milimétricos que, sumados a la información satelital, nos da modelos topográficos más precisos. Lo paradójico es que ahora no excavamos más rápido; al contrario, hoy los protocolos internacionales son cada vez más exigentes y precisan mayor cuidado.

—¿Cuál es la impronta de Eduardo Matos Moctezuma en el proyecto?

Eduardo Matos se caracteriza por su jovialidad y eso genera un ambiente de trabajo divertido. En el terreno científico, revolucionó la arqueología mexicana al crear los equipos multidisciplinarios. En la actualidad, la arqueología no la hace un individuo sino legiones de científicos diversos en actitudes y conocimientos. Gracias a él, los conservadores y restauradores del patrimonio están presentes desde el momento mismo del hallazgo. Sin ellos, materiales como la madera o el amate podrían desaparecer ante nuestros ojos. El Proyecto Templo Mayor se caracteriza, además, por la rapidez con la que se dan a conocer los resultados. Los comunicamos por medio de publicaciones, como nuestra revista Arqueología Mexicana, pero también en congresos y exposiciones. En los 41 años del proyecto se han publicado más de 1200 títulos y se han producido 107 tesis, lo que indica que es un semillero de científicos.

—A pesar de estos resultados, no ha estado exento de los recortes presupuestales.

Hasta ahora sabemos que los montos para 2020 se mantienen igual; desgraciadamente, son recursos reducidos que no nos permiten trabajar en condiciones ideales. A lo largo del año hemos pedido que a la ciencia se le den los recursos justos. Entendemos que debe haber una austeridad, pero necesitamos mantener un nivel mínimo. Hemos estado luchando para que las nuevas generaciones de técnicos y profesionistas tengan contratos dignos, plazas y prestaciones. La ciencia se cuece a fuego lento y el Proyecto Templo Mayor ha dado resultados porque ha tenido continuidad.

Al pie del Templo Mayor de Tenochtitlan. Estudios en honor a Eduardo Matos Moctezuma

Jueves 5 de diciembre, 17:00 horas
Salón Mariano Azuela
Presentación de libro

ÁSS

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