La artesanía los mantiene juntos

Julia Ostua Solórzano y Francisco Arista Vázquez venden su artesanía en el Pabellón Artesanal de la Feria de San Francisco Pachuca

Julia Ostua Solórzano y Francisco Arista Vázquez . (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

Entre los pasillos del Pabellón Artesanal de la Feria de San Francisco Pachuca 2019 hay un rincón especial en donde se unen dos tipos de artesanías, de un lado, hermosas sillas elaboradas con madera de cedro, y del otro, decenas de figuritas que le han dado renombre a Chililico, y detrás de éstas, una pareja con más de 35 años de compartir la vida juntos: Julia Ostua Solórzano y Francisco Arista Vázquez, quienes ofrecen sus productos a los visitantes a este lugar.

Ambos son artesanos y desde que unieron sus vidas, han logrado ser una buena mancuerna de acompañamiento para ofrecer sus artesanías, y así, sacar adelante a la familia conformada por cuatro hijos, quienes actualmente, ya los hicieron abuelos.


“Yo empecé a hacer mis artesanías en 1960, me enseñó mi mamá y mi abuela, porque me decía que cómo me iba a mantener después de que ellas fallecieran, así que aprendí y ahora lo comparto con mi esposo”, dice Julia.

Mientras que Francisco comenta que, al igual que a su esposa, su abuelo y su padre le enseñaron a trabajar la madera desde joven, desde antes de la década de los 70, pero cuando llegó la luz a la comunidad de Oxtomal, en Huejutla, en 1978, iniciaron la compra de algunas herramientas que les facilitarían el cortado y lijado de la madera, y con ello producir mayor cantidad de objetos.

“Fue así como iniciamos el taller. Pero luego conocí a Julia y nos casamos en 1971 y cada uno por su cuenta, empezó a realizar lo que cada uno sabíamos hacer”, expresa Francisco, quien escucha en náhuatl algunas precisiones de su historia, por parte de su esposa.

Ahora ambos, a más de tres décadas de vivir juntos y conformar una familia, se acompañan para vender las artesanías que realizan por separado, pero venden juntos.

Es la tercera vez que forman parte del Pabellón Artesanal en donde sus ventas han sido pocas, pero les ha dado para juntar un poco para cuando regresen a su pueblo, mismo al que extrañan por el calor al que están acostumbrados, “porque en Pachuca hace mucho frío y parecemos pajaritos durmiendo en un carro que nos prestó un amigo, pero siempre he dicho que para ganarse algo a veces se debe de sufrir un poquito.

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