¿La astrofotografía es real?

La astrofoto ha contribuido a realizar grandes descubrimientos. Usted puede ver una imagen de una galaxia a tres mil millones de años luz de distancia y la señal de ella captada pertenecerá al pasado, falsa sí, pero no lo es.

La Vía Láctea se observa en el cielo como una nube tenue y blanquecina, sin los colores que aparecen en las fotografías que acumulan mucha luz.
César Cantú
Monterrey /

Para algunas personas la astrofotografía en general es una noticia o una imagen falsa.

Ellos opinan que, si el ojo humano no puede ver lo que la fotografía descubre, publicarlo o compartirlo es falso por no palpable por nuestro sentido de la vista, eso además de un engaño, por pretender inducir al error a las personas al creer que se puede ver el contenido de la imagen a vista desnuda.

Siempre he respetado esas opiniones, aunque por supuesto no las comparto. La astrofoto, aunque falsa, según ese criterio, ha contribuido a realizar grandes descubrimientos. Usted puede ver una imagen de una galaxia a tres mil millones de años luz de distancia y por supuesto la señal de ella captada pertenecerá al pasado, falsa sí, pero no lo es.

Puede ver una nebulosa más cercana, a solo dos mil años luz, realizada con filtros de bandas de luz muy estrechas, en colores llamativos, falso color le llaman los científicos, pero no por ello falsa.

Los médicos, podemos afirmarlo,logran tomar decisiones con una radiografía y ver el problema de su paciente, que es imposible de detectar con la vista humana.

Igual con la astrofoto. El ojo no ve de manera continua, ve a través de 24 impresiones por segundo, es decir el cerebro interpreta 24 veces cada segundo un “frame” producido por los ojos, y así como los va interpretando, los va desechando, por ello el cerebro no puede por ello captar la suficiente luz, señal se le llama técnicamente. Las cámaras, por el contrario, pueden acumular luz por periodos prologados de tiempo, acumulando en el sensor toda una gama de señal no perceptible por el ojo humano, y sin embargo sigue siendo real, pues no veo el engaño por ningún lado, menos aún, cuando se está consciente de ello y se informa.

La Vía Láctea, en lugares libres de contaminación lumínica, se observa en el cielo como una nube tenue y blanquecina, sin los  colores que aparecen en las fotografías que acumulan mucha luz y que nuestro sentido de la vista no puede, pero una vez reveladas las imágenes, nos presentan realidades a las que estamos imposibilitados de ver y que gracias a los instrumentos podemos palpar y vivirlas más cercanamente.

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