Solo se pierde lo que realmente no se ha tenido”, escribió Roberto Arlt. La frase se me vino a la mente al enterarme de tu muerte ayer en la madrugada, querido Tino Contreras, porque me doy cuenta de que quienes tuvimos la fortuna de ser tus amigos en realidad no te hemos perdido. Para corroborarlo, algunos testimonios de músicos y promotores de jazz que reconocen tus aportaciones.
José Gurría Cárdenas, baterista. “Las contribuciones que este precursor y pionero del jazz han dejado son inconmensurables y debiéramos de cuantificarlas cualitativa y cuantitativamente, en lo personal y lo institucional, como país y como gremio”.
Marcos Miranda, multinstrumentista. “Tino Contreras se dio a la tarea de buscar una identidad propia y distintiva dentro de una música dominada por el colonialismo cultural anglosajón. Fue un hombre que, a lo largo de su vida no dejó de producir su música y de esparcir ese extraño binomio de entretenimiento y jazz”.
Evodio Escalante, ensayista, crítico y poeta. “Longevo, su presencia impregna cuando menos 50 años del jazz en México, o sea, cuando menos la segunda mitad del siglo XX. Fue a la vez un showman y un inventivo arreglista y compositor que intentó en algún momento rescatar nuestras raíces prehispánicas”.
Jazzamoart, pintor y músico. “Sin duda todos le debemos mucho a Tino por su música, por su tenacidad y capacidad de luchar por los sueños, por enarbolar, en su peculiar estilo, el jazz y llevarlo por todos lados. Tal vez era el último bastión de la vieja guardia del jazz mexicano, era uno de esos ídolos que nos enseñaron el camino de una música diferente, que inspiró a futuras generaciones de músicos y en mi caso a pintar la música”.
Antonio Malacara, crítico de música. “Sin vuelta de hoja, Tino Contreras es una figura central en la historia de nuestro jazz, con una impresionante trayectoria de ocho décadas; sorprendía a todo mundo por su tremenda energía y su tenacidad. Es muy probablemente el jazzista más famoso de México, aunque habría que apuntar que el virtuosismo instrumental que muchos le atañen (empezando por él mismo) no pasa de ser un buen deseo”.
Alain Derbez, ensayista, escritor, músico y productor. “Con Tino Contreras, alguien que siempre pensé incombustible, muere una figura de la historia del jazz en México. No únicamente un jazzista, sino uno de esos mitos que Julio Cortázar pudo haber citado en alguno de sus libros, alguien que se mantuvo coherente, consistentemente fiel a sí mismo y por ello generó siempre —más allá de las particularidades de su deambular por este mundo— reacciones de quienes con él estaban y dejaban de estar orbitando”.
Eduardo García Barrios, director de orquesta. “Todos los que tuvimos la dicha de conocerlo y trabajar con él recordaremos siempre ese espíritu maravilloso, libre, lleno de humor, de anécdotas, de una energía musical además sorprendente”.
Antonio Sánchez, baterista. “Cuando comencé mi transición del rock al jazz, Tino fue el primer maestro que me enseñó los rudimentos básicos y me introdujo al lenguaje tan especifico y sofisticado de este estilo musical. Su muerte deja un hueco profundo en la historia del jazz en México, ya que fue un innovador incansable y un ejemplo de perseverancia en el mundo de la música en nuestro país”.
Germán Palomares Oviedo, promotor cultural y difusor del jazz. “Murió un personaje polémico, sobreestimado y subestimado, baterista, cantante, trompetista, pianista y prolífico compositor. Simpático, inteligente, muy informado, experto en historia universal y en la historia de la música. Noventa y siete años duró su asombrosa existencia, que vivió con la fe de llegar a ser inmortal y ¡lo consiguió! ¡Hoy empieza su leyenda!”