La cosmopolita y la canalla, las París predilectas de Goytisolo

Lo que le gustaba es la mezcolanza de culturas, de religiones, de prácticas culturales, dice Emmanuel Le Vagueresse, amigo suyo.

Editorial Milenio
París /

La París cosmopolita, la de las diferentes religiones y lenguas procedentes de los cinco continentes, y la París canalla, la de los obreros y las prostitutas, eran las predilectas del fallecido escritor español Juan Goytisolo, que vivió en la capital francesa entre los años 50 y los 90.

A partir de su apartamento en el número 33 de la céntrica calle Poissonnerie, donde se mudó para huir del franquismo, Goytisolo forjó su particular París, ese París de los bajos fondos que le inspiró para obras como Señas de identidad (1966) o Paisajes después de la batalla (1982).

“Lo que le gustaba es la parte cosmopolita de París, la de la mezcolanza de culturas, de religiones, de prácticas culturales, de lenguas, de diferentes rostros”, dijo Emmanuel Le Vagueresse, especialista en la obra de Goytisolo y amigo suyo.

El escritor frecuentó durante décadas un puñado de restaurantes y cafés castizos situados en el centro y norte de la ciudad, en las antípodas de los locales finos de ostras y champán de la ostentosa parte oeste de París.

Uno de sus predilectos era el café des Ouiseaux, en la plaza d’Anvers, junto al bohemio Montmartre, al que acudía con sus amigos Jean Genet o Severo Sarduy y cuya heterogénea clientela la formaban prostitutas, obreros e inmigrantes portugueses, entre otros.

Cerca de Des Ouiseaux el premio Cervantes de 2014 tenía sus incursiones sexuales, especialmente con hombres árabes, relató Le Vagueresse, autor de la ruta literaria parisina del célebre escritor publicada por el Instituto Cervantes.

Fue su gran amigo Jean Genet, autor de Diario del ladrón, quien le introdujo en los ambientes homosexuales de la zona de Barbès-Rochechouart.

“Coqueteaba en el bulevar Rochechouart, en la estación del Norte, con jóvenes inmigrantes, obreros que tenían hijos, pero que eran bisexuales. Esa experiencia le permitió asumirse un poco mejor”, refirió Le Vagueresse.

En la misma zona, acudía con frecuencia al Luxor, un cine art-deco neo-egipcio de los años 20, donde iba tanto a ver películas populares (kárate, filmes indios), como a ligar en busca de sensaciones fuertes con jóvenes árabes del barrio o de los suburbios.

Y todo ello con el consentimiento de su mujer, la escritora francesa Monique Lange, con quien Goytisolo vivió en la calle Poissonnerie entre 1956 y 1996, año en el que Langue falleció a los 70 años, momento en el que el escritor decidió mudarse a Marrakech (Marruecos), donde falleció este domingo a los 86 años.

En concordancia con toda la trayectoria parisina del escritor español, la ministra de Cultura de Francia, Françoise Nyssen, le ha rendido homenaje: “Un inmenso escritor nos ha dejado. Juan Goytisolo, español de nacimiento convertido en ciudadano del mundo, viajante incansable, era un trasmisor de la cultura entre Europa, las américas y el mundo árabe”, dijo en un comunicado Nyssen, quien recordó las décadas de exilio parisino del escritor, fallecido el domingo en Marruecos.

“Vino a buscar refugio a París durante los años negros del franquismo, se nutrió de amistades sólidas, sobre todo Jean Genet, y desarrolló un estilo totalmente único, imprevisible, muchas veces inspirado en el movimiento francés del nouveau roman”, evocó la ministra del Gobierno de Emmanuel Macron.

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