Son muchos años los que ha dedicado Leda Rendón a la crítica literaria, tan solo entre 2005 y 2014 fue columnista de la Revista de la Universidad, por lo que uno de los desafíos más fuertes del momento en el cual decidió compilar los textos de La nariz de Gógol (E1 Ediciones, 2021) fue la selección de 55 escritos que reflejaran no solo sus intereses como lectora, sino sus apuestas como escritora.
“Sí estoy haciendo un juego de imaginación, porque para mí la crítica es imaginación, no puedo concebir ningún tipo de escritura sin la fuerza de la imaginación, incluso de la epifanía —en la crítica poco se ha hablado al respecto—, porque la crítica y la literatura son dos seres muy hermosos que han ido creciendo, y no, a la par, por lo que me resulta interesante trabajar estos textos que amo”.
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Para la autora de Tiempo bífido y Cuento amarillo, la exploración y la manera de entender a la crítica literaria se empezó a generar desde su encuentro con el escritor Mario Levrero y su columna “Irrupciones”, con lo que se dio cuenta de la posibilidad de hacer otro tipo de crítica literaria “y me sentí mucho más en ese tono de crítica literaria, en donde no deja de haber rigor”.
“A partir del texto comienzo a hacer una crítica literaria que apunta hacia la multiplicidad de significados; ya no me interesa esto que había practicado y se practica en la prensa nacional e internacional, con excepciones, que apunta a que el texto explote en un solo significado, sino que tenga una multiplicidad de posibilidades de interpretación, no nada más cuando uno lee al autor, sino cuando uno está leyendo al crítico”, explica Leda Rendón.
Así, la intención que plantea la escritora y crítica es presentar un texto desnudo, absolutamente sensual en el acercamiento a los sentidos y que tiene 54 formas de lectura, más La nariz de Gógol —título de un texto y que de nombre al libro—, “y las que el lector requiera y siempre habrá una salida múltiple”.
“Mi apuesta es estar en un lugar crítico, no en medio, como generalmente se promueve, sino ubicarme tanto del lado del creador, como del público, lo que quizá también sea posible, porque soy creadora”, explica Leda Rendón, quien en el volumen escribe lo mismo sobre Felisberto Hernández o Fernando Pessoa, que de Stanislaw Lem, John Conolly, Sergio Ramírez, Faulkner o Alejandra Costamagna.
Son textos que llama “ficciones críticas”, donde se puede ver un trabajo que, aun cuando no explota desde sus primeros textos, sí se nota en la unidad: “acercar al texto a partir de los sentidos, de la sensualidad que esto significa”.
PCL