La cumbia pone a bailar en el Cervantino

En su presentación en San Gabriel de la Barrera, el acordeonista colombiano Carmelo Torres puso a bailar a la concurrencia a ritmo de "cumbia sabanera".

Carmelo Torres nació en Plato, Colombia, en 1951.
Jesús Alejo Santiago
Guanajuato /

Carmelo Torres es conocido como "el alma de la cumbia sabanera". Tenía cinco años cuando tuvo en sus manos, por vez primera, un acordeón y el embrujo que le produjo aquel contacto no lo ha abandonado durante casi seis décadas en las que ha puesto a bailar a la gente de todos los lugares en los que se ha presentado, sin importar su hay un ritmo latino en su interior.

Y eso se vio durante su presentación en la ex Hacienda de San Gabriel de Barrera, a donde llegó Carmelo Torres y su cumbia sabanera para romper con la solemnidad que suele acompañar a ciertos conciertos en el Festival Internacional Cervantino para poner a bailar a prácticamente todos los presentes.

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Y no había edad o nacionalidad que limitara que la gente dejara sus sillas para bailar y apoderarse de los estrechos pasillos del recinto para mover sus cuerpos al ritmo de quien es considerado de los mejores exponentes de la cumbia sabanera: no importaba llevar el ritmo, lo fundamental era mover el cuerpo al ritmo de las cumbias de don Carmelo.

Un sonido que aprendió en San Jacinto, Colombia, su pueblo adoptivo, a donde llegó con la intención de encontrarse con Andrés Landero, otra de las figuras de la música colombiana y se conocieron en el mejor lugar para eso: una parranda.

La parranda se estaba armando en la ex Hacienda, se no ser porque se trataba del mediodía guanajuatense, con el sol en todo su esplendor, mientras ejecutaban el cajón, la conga y la guacharaca. Carmelo Torres había prometido un día de baile intenso. Y lo cumplió.


FM

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