Con una camaleónica capacidad para realizar lo que denomina “experimentos musicales sin barreras estilísticas”, el baterista Antonio Sánchez (México, 1971) se presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el 1 de diciembre. Al frente de su banda Bad Hombre, presentará material de su disco más reciente, SHIFT (Bad Hombre Vol. II), en el que dio un giro inusitado en su carrera al reinventar canciones de intérpretes de rock, pop, rap y otros géneros.
Para este proyecto solicitó a varios músicos que le regalaran un tema para reimaginarlo a la manera de Bad Hombre, el alter ego que creó en respuesta al hecho de que Donald Trump llamara bad hombres a los mexicanos que cruzan la frontera para buscar una mejor vida, calificándolos de delincuentes.
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En entrevista refiere que “la primera canción fue de Silvana Estrada, a quien oí cantar con una voz preciosa ‘El agua y la miel’, acompañada con su cuatro. Al escucharla me imaginaba un montón de baterías y bajos encima de lo que ella estaba haciendo. Al terminar le pedí que si me podía mandar la canción y que me permitiera reimaginarla, lo que hice en mi casa como científico loco experimentando”.
Sánchez tardó un par de meses en completar el experimento, que le encantó a Silvana. Esto le dio ánimo para seguir por el mismo camino con músicos como Dave Matthews, Becca Stevens, Meshell Ndegeocello, Trent Reznor, Lila Downs, Ana Tijoux y otros.
“Realmente me sorprendió mucho que cada uno me proporcionara un tema con su propia voz para que yo reimaginara su música, de tal manera que la batería estuviera al mismo nivel que la voz en cuanto a protagonismo. Ahora hemos estado tocando ese material con el grupo con mi esposa Thana Alexa en la voz, Lex Sadler en el bajo y BIGYUKI en los teclados, y es lo que estaremos presentando en el Teatro de la Ciudad”.
El baterista conoció a Thana Alexa hace 15 años, aunque durante mucho tiempo mantuvieron sus carreras separadas. Sin embargo, cuando estaba escribiendo un tema para su disco New Life pensó que sonaría muy bien con una voz.
“Como ya estábamos viviendo juntos le pedí que la cantara para escuchar cómo se oía y me encantó. Fue la primera vez que la tuve como invitada en un disco y luego se convirtió en parte de mi grupo Migration y luego de Bad Hombre. Yo también he tocado en sus grupos y le ayudo a producir sus discos, entonces es una relación amorosa y musical muy fructífera. Yo he estado tocando jazz instrumental desde hace mucho tiempo, por lo que al tener una voz con la capacidad de expresar palabras abre el panorama de una manera completamente diferente. La experimentación es básica en mi música”.
Su colaboración logró un reconocimiento especial cuando ambos figuraron en la portada de Downbeat, la revista más respetada del ambiente del jazz.
Es muy lindo que nos pasen ese tipo de cosas a los dos al mismo tiempo. Ella sacó un disco maravilloso, ONA, que fue nominado al Grammy como mejor disco de jazz vocal, y ahora está trabajando en un par de proyectos. Estamos haciendo cosas cada uno por su lado porque el destino nos está jalando para distintos lugares. Es bueno que cada uno tenga su identidad y nos reunamos de vez en cuando para hacer cosas juntos.
—Después de incursionar en el cine con Birdman y otras películas ahora lo haces en las series. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Trabajé en la serie británica Stags, una comedia muy negra donde un grupo de chavos se va a Sudamérica a una despedida de soltero y los agarran traficando droga. En la trama suceden cosas que uno no se espera, por lo que tuve la libertad de meterle muchas cosas. Todo nació de la batería, pero también le metí voces de Tana y mías, teclados, guitarras acústicas y eléctricas, bajos y hasta el fregadero.
Creo que es el trabajo más complejo que he hecho hasta la fecha. También participo en la serie The Studio, donde querían algo más en la onda de Birdman, donde la batería llevara la mayoría del peso. Pero le estoy metiendo otras cosas, como en un episodio que es muy noir, donde estoy usando metales, cuerdas, alientos y otro tipo de sonoridades con las que nunca había experimentado realmente. Nadie me había forzado a hacer algo así, digamos, pero el resultado fue muy divertido.
—¿Cómo influyen estos trabajos, digamos por encargo, con tus proyectos más personales?
Yo me paso haciendo mis proyectos sin ningún tipo de restricciones. Sin embargo, en el momento en que alguien te dice: “esta música no me gustó, hazme otra” tu creatividad empieza a funcionar de manera muy diferente. A veces eso me fastidia porque quiero que les guste todo lo que hago: sin embargo, también eso te fuerza a hacer cosas más interesantes, te hace pensar de manera creativa y al mismo tiempo disciplinada.
—¿Qué músico ha influido más en ti para definir tu filosofía de trabajo?
Yo creo que una presencia muy fuerte en mi vida ha sido Pat Metheny. Después de trabajar más de 20 años con él obviamente ha tenido mucho que ver en la manera en que veo la música. Sobre todo me han inspirado muchísimo su disciplina y su ética de trabajo. También Chick Corea, con quien tuve la fortuna de tocar y estar en su casa y ver cómo trabajaba. Me parece un músico fuera de serie como compositor, como conceptualizador de música. Keith Jarrett también ha sido alguien que me ha parecido un innovador; Miles Davis, por supuesto, y luego otros músicos que no tienen que ver con el jazz, como The Beatles, The Police, Rush, Led Zeppelin, Tears For Fears, Peter Gabriel, grupos y músicos que sigo escuchando, gente que le pone mucho cerebro, inspiración y mucho trabajo a lo que hace.
Cambio de dirección
En su reseña para la revista Downbeat, el crítico John Murph califica como “fascinante” la variada mezcla lograda por Antonio Sánchez con el material reunido en su disco más reciente, pues lleva al baterista por una dirección diferente a la que nos tenía acostumbrados con su grupo Migration o su labor como acompañante de otros grupos. “Gran parte de la música de SHIFT muestra a Sánchez canalizando su temprano amor por el rock —escribe el crítico—. Es un cambio de dirección que puede desalentar a algunos escuchas acostumbrardos a escucharlo en la vena jazzística. Pero una vez que has aceptado su personalidad Bad Hombre, serás seducido con mayor facilidad”.
PCL