La gente no sabe nada del pasado: Luis Goytisolo

“Vivimos una época en la que la población mundial, contrariamente a lo que se piensa, es más ignorante que en otras épocas”, dice el escritor.

“Con la idea de que en el teléfono celular lo tienes todo se está dañando la formación en el conocimiento”, considera el autor. (Ariana Pérez)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Tenía 23 años cuando convencieron a Luis Goytisolo que presentara Las afueras a la convocatoria del Premio Biblioteca Breve: se convirtió en su primer ganador; cuatro años después se lo otorgaron a Mario Vargas Llosa por La ciudad y los perros, y al año siguiente a Vicente Leñero por Los albañiles.

Su nombre ha formado parte de los candidatos al Premio Nobel de Literatura, de lo que se enteró en 2012, cuando supo que hasta se organizaban quinielas; ese año estaba en segundo lugar. Ahora se encuentra en México para recibir el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Lengua Española 2018, en una ceremonia que se realizará hoy en la residencia oficial de Los Pinos.

“Es el premio más importante que he recibido en mi vida. Un reconocimiento internacional, con un jurado muy entendido. Cuando me llamó Jaime Labastida me quedé atónito, no tenía ni idea de por qué se daba, pero ha sido la mejor noticia”, cuenta a MILENIO el menor de un apellido que entregó su vida a la literatura, los Goytisolo: José Agustín, Juan y Luis.

Tres autores con un marcado compromiso con su realidad, aunque para ello Luis Goytisolo haya construido dos caminos: una literatura un tanto seria, reflexiva de la realidad, y otra con mucho más humor, sin dejar de pensar en el compromiso de todo creador con la sociedad de su tiempo.

“Vivimos una época en la que la población mundial, contrariamente a lo que se piensa, es mucho más ignorante que en otras épocas, porque con la idea de que en el teléfono celular lo tienes todo, se está dañando la formación en el conocimiento, lo que se observa desde los planes de estudio: a los 12 años de edad llevaba Historia de la filosofía, teníamos un profesor al que llamábamos Parménides, un filósofo griego, porque nos contaba lo de Heráclito y Parménides. Este tipo de enseñanza te ayuda mucho a entender al mundo y entenderte a ti mismo, y el móvil no: marcas una cosa y te responde, pero falta el contexto”.

Desde su perspectiva, algo similar comienza a pasar con el mundo del cine, que se está acabando porque es un género artístico, de pantalla grande, y el uso que se hace ahora de las pantallas lo ha hundido, “lo que se hace es más bien horroroso: los seriales, las películas… siempre son más de lo mismo, con explosiones, pistolas y balazos.

“En realidad es la ignorancia generalizada la que está en la base de todas estas cosas. Al no tener la cultura necesaria, la gente no sabe nada del pasado, estamos mucho más a merced de cualquier tipo extravagante, como sucede con Trump, en Corea del Norte o en otros países”.

CAMINOS LITERARIOS

En el ámbito de la literatura en lengua hispana, hay quien define a Luis Goytisolo como un autor de culto. Títulos como Estela del fuego que se aleja, Naturaleza de la novela, El sueño de San Luis, El atasco y demás fábulas, pero en especial la tetralogía publicada bajo el título de Antagonía, forman la bibliografía de un escritor que, desde sus inicios, marcó dos sendas en su escritura.

“Desde el principio he seguido dos líneas. La principal es la de Antagonía, que podríamos llamar como la parte más seria. Una segunda línea lleva más humor, un humor disparatado que está asentado desde el principio con las fábulas, como una que escribí en 1968, en Anagrama, ‘Segismundo’, donde saco a un político que se presenta a las elecciones y dice una frase que, si se le atribuye a Donald Trump, la gente se lo cree, es como si hubiera adivinado la actualidad, pero lo escribí en 1968”, explica el escritor barcelonés, en una época que considera mucho más optimista a la que vivimos en la actualidad: “hoy se han enriquecido unas cuantas personas y se ha empobrecido al mundo entero”.

Por ello, Luis Goytisolo está convencido de que para escribir determinadas historias es mejor hacerlo con humor, sobre todo aquellas que suceden en el presente, porque con el humor tienen más alcance. En su libro más reciente, Chispas, hay ciertos elementos de lo que define como su gran estilo, integrado con 26 relatos, y se convierte en una herramienta para acercarse de forma distinta a la realidad.

CLAVES

EDUCACIÓN
“Se necesita la educación para entender al mundo y conocerlo, pero la sociedad se vuelve cada vez más superficial en sus conocimientos”.

CRÍTICA
“Cuando ves a mucha gente tecleando pensarás que sabe mucho, porque les concede un poder extraordinario, pero nada tiene que ver con la realidad”.

ESCRITURA
“Escribir Coincidencias, a los 81 años de edad, ya me alegró; seguir publicando a los 83, con Chispas, me hace dichoso”.

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