Éste fue el papel de Toluca durante la Independencia de México

16 de septiembre

Durante 1812 fue asediada por Oviedo, Rayón y Galeana desde Tenancingo, Villa Guerrero, Tenango, Metepec, Zinacantepec y Lerma sin éxito.

Hidalgo no pasó mucho tiempo en Toluca. | Tania Contreras
Toluca /

El Estado de México fue pieza clave en la primera etapa de la lucha de independencia. Tras triunfar en la Toma de la Alhóndiga de Granaditas, el 28 de septiembre los Insurgentes se dirigieron a Valladolid y más tarde tomaron Toluca.

El padre de la patria y su ejército de 80 mil personas entraron a la capital mexiquense el 28 de octubre de 1810 a las tres de la tarde, que en ese entonces era una ciudad conservadora que contaba con menos de 5 mil habitantes y donde todas las vacas y borregos disponibles fueron devorados, pero sobre todo puercos y maizales, alimentos que daban fama a la ciudad.

A partir de aquí los historiadores no se ponen de acuerdo: unos dicen que el cura durmió en las “Casas Reales” que habrían estado en el lugar que hoy ocupa el Palacio del Poder Judicial (en la calle de Bravo); y otros que son mayoría, dicen que durmió en la casa de los Oláes, donde hoy se ubica el Museo “José María Velasco” (en la esquina de Lerdo y Bravo), en tanto el Ejército Insurgente se hospedó en lo que hoy es El Calvario.

En cualquier caso, Hidalgo no pasó mucho tiempo en Toluca pues al otro día su ejército salió de la ciudad: una columna por el camino de Lerma y otra por el de Metepec, San Mateo Atenco y Tianguistenco, para encontrarse finalmente con el ejército realista en el Monte de las Cruces.

Batalla del Monte de las Cruces

El Virrey de la Nueva España, Francisco Xavier Venegas, ordenó al general Torcuato Trujillo -quien gozaba de mucho prestigio por su participación en la batalla de Bailén- ponerse al frente de las pocas guarniciones realistas de la capital para intentar frenar a los independentistas.

La mañana del 30 de octubre, Trujillo alcanzó a Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama en un paraje cercano a la capital conocido como Monte de las Cruces. Los realistas fueron derrotados por los insurgentes, quienes solo tenían dos cañones y armas improvisadas y consiguieron gran parte del armamento español.

Estuvieron a un paso de tomar la Ciudad de México pero por motivos desconocidos Hidalgo decidió no entrar y retirarse al Bajío, donde el 7 de noviembre, Félix María Calleja infligió la primera derrota insurgente en la batalla de Aculco, hecho que distanció a Hidalgo de Allende, ya que los jefes insurgentes tomaron rutas distintas; el primero marchó a Valladolid y el segundo a Guanajuato.

La Batalla del Calvario

Un año después, cuando los iniciadores ya habían sido capturados y fusilados, Ignacio López Rayón conducía la Junta de Zitácuaro y Morelos ya incendiaba el sur, y de nuevo en octubre, una partida de insurgentes que recibían órdenes de Rayón hostilizaba a los destacamentos realistas entre Toluca, Tenango del Valle y Tenancingo a fin de cerrarles el paso hacia Zitácuaro. Esos insurgentes (entre ellos 10 mil otomíes) comandados por José María Oviedo intervinieron en una de las acciones más valerosas y poco conocidas de la guerra de Independencia: la Batalla del Calvario.

Desde el 19 de octubre de 1811 hubo enfrentamientos en la serranía tolucense (Huitzilac, San Luis Obispo, el Toloche, Coatepec, La Teresona), pero para el ataque final los insurgentes se concentraron en el Calvario a fin de tener abierta la salida hacia el sur. Luego de seis días de combate el feroz brigadier realista Rosendo Porlier recibió refuerzos, por lo que los insurgentes, que en algún momento estaban a punto de ganar, se desbandaron y sólo así terminó la batalla.

Porlier hizo un centenar de prisioneros a quienes condujo a la plaza principal por la que luego se llamaría “calle de las Víctimas” (hoy Villada); a todos los fusiló de cinco en cinco (“quintados”) en varias rondas, menos al último, al que pateó en las posaderas y lo mandó a contar lo que vio.

Por este hecho, la plaza principal de Toluca desde entonces se llama “plaza de Los Mártires” y la calle que cruza el Calvario desde Horacio Zúñiga hasta Villada lleva el nombre del héroe derrotado: “Oviedo”.

Lo que siguió para la ciudad

En los años siguientes Toluca se convertiría en un codiciado botín de guerra. Siempre defendida por realistas, durante 1812 fue asediada por Oviedo, Rayón y Galeana desde Tenancingo, Tecualoya (Villa Guerrero), Tenango, Metepec, San Juan de las Huertas (Zinacantepec) y Lerma, sin éxito.

En 1813 Rayón reintenta el asalto desde Asunción Malacatepec (hoy Donato Guerra) y Tejupilco, pero fracasa. En 1814 y 1815 merodea el norte y el sur del Estado de México sin poder acercarse a la ciudad.

El último capítulo de la Independencia en Toluca se escribe en julio de 1821 cuando Agustín de Iturbide, jefe del Ejército de las Tres Garantías, ordena al general Vicente Filisola ocupar la ciudad, la cual se convierte a la causa Trigarante y se suma a la consumación de la lucha independentista realizada el 27 de septiembre de 1821.

KVS

  • Alondra Ávila
  • alondra.avila@milenio.com
  • Comunicologa por el CUSXXI y con 16 años de experiencia en medios de comunicación. Desde 2012 colabora en Milenio Estado de México en la sección de Negocios. Ganadora del 9o Premio al Periodismo sobre Innovación Científica y Tecnológica en 2018.

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