Durante los años 30’s, la carretera que unía a las tres ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Ciudad Lerdo, era de las rutas más temidas por ser muy transitada y por lo tanto peligrosa.
A la altura del 11-40, que toma ese nombre debido a que desde ese punto son 1140 kilómetros de distancia de la Ciudad de México, eran donde se registraban mayormente accidentes.
No pasó tiempo para que comenzará a correr el rumor de que en ese kilómetro se aparecía un fantasma de una joven mujer, con una larga cabellera castaña, cuyo rostro lucía pálido, vestido blanco que le llegaba hasta los pies, como para ir de fiesta.
Quienes la han visto cuentan que parece caminar lentamente y que a veces flota de un lado a otro, para luego detenerse a la orilla del camino, haciendo señales a los automovilistas pidiendo que la lleven con dirección a Torreón.
Según el relato de quienes la han visto, señala que un sábado por la noche del año de 1937, había una fiesta en el antiguo Club Campestre de la ciudad, al finalizar el evento una familia que regresaba hacia Torreón, el vehículo en el que viajaban chocó contra el tren provocando la muerte de todos.
Tiempo después se suscitó otro accidente, en el que una señorita de origen judío, también había perdido la vida.
Pasaron los años y un taxista que iba rumbo a su central de trabajo pasada la medianoche, al circular por el desnivel 11-40 exactamente por el punto más bajo del túnel, logró ver a una jovencita a pie de carretera haciéndole señas.
El taxista se negó a recogerla argumentando que podría ser peligroso, sin embargo minutos después logró verla por el espejo retrovisor, sentada en la parte trasera de su unidad.
Debido a la gran cantidad de percances registrados en este kilómetro, las autoridades decidieron construir un paso a desnivel.
La leyenda cuenta que hoy en día es posible ver a la joven haciendo la señal de alto a los automovilistas, que se atreven a transitar por ese bulevar durante la madrugada.