Los niños ya llevan sus libros bajo el brazo, mientras los jóvenes buscan a sus autores preferidos. Benito Taibo es uno de los más buscados, pero Antonio Malpica, Bernardo Fernández, BEF y Antonio Ramos Revillas también son detenidos para un autógrafo o una selfie.
La mañana del tercer día de actividades del Festival Letras en Tepic fue dedicada a niños y jóvenes; hubo lecturas en voz alta, cuentacuentos, un espectáculo infantil y hasta mesas de reflexión sobre los avatares de la escritura, con la certeza de que las historias deben contar lo que sucede en la realidad.
“La literatura juvenil tiene que ser altamente politizada, lo que no significa que milites en un partido político, sino que sabes que estás informado y actúas en consecuencia. Tiene que ser altamente comprometida”, dijo BEF, durante la mesa Nuevos lectores. ¿Por qué escribimos los jóvenes?
Fue una sesión en la que se habló de la honestidad como un sello de la escritura literaria, sin importar a quien vaya dirigida, porque se habla de tú a tú con el lector: lo miras a los ojos, “te bajas del banco desde el cual pontifican otros y te pones a pie de tierra a mirar a los ojos de quienes están recibiendo tu mensaje”.
“Estoy convencido”, expresó Taibo en su turno, “de que lo único que se debe hacer es ser lo más honesto posible, contar esas historia y no tener miedo. La cultura es eso que está construido por preguntas y no por respuestas; cada vez que te den por sentada una respuesta, duda y haz una nueva pregunta. La literatura juvenil las crea y por eso pega”.
Lo más importante es lograr atender las necesidades de los lectores y no del mercado, enfatizó Ramos Revillas, como llegó a suceder durante muchos años; BEF recordó: “Soy uno de los que sufrió la tragedia generacional de que el libro que le daban a los jóvenes de mi edad era Juventud en éxtasis. La literatura mexicana le daba la espalda a la gente joven.
“Mis autores juveniles fueron Naief Yehya y Guillermo Fadanelli, quienes no escribían para jóvenes pero estaban conectados con la furia que teníamos en ese momento. Exceptuando a José Agustín, quien escribía desde la juventud, la literatura de la generación anterior no estaba interesada en la gente joven. Aunque existen antecedentes, el interés viene de los años 90 para acá”.
Fernández también dijo que la única diferencia que hay entre escribir una novela para jóvenes y otra para adultos es que la literatura juvenil todavía hay la esperanza que no puede haber en la normal.
Así, el festival se decantó por ofrecer una serie de actividades enfocadas a los lectores infantiles y juveniles, con la actriz Tiaré Scanda, quien leyó fábulas mayas; con la cuentacuentos Florillina, un espectáculo sobre Amado Nervo y la reflexión acerca de los procesos de escritura para
esos grupos.
Por la noche fue evocada la figura del poeta Alí Chumacero, con la presencia de Carmen Boullosa, Luis Jorge Boone, Alma Vidal y Ofelia Pérez, además de que se llevó a cabo una gala de lectura en el municipio de Compostela, que se encuentra a unos 30 minutos por tierra de la capital nayarita y que busca convertirse en Pueblo Mágico.
Las actividades del Festival concluyen hoy con la participación de Alberto Ruy Sánchez y la Cátedra Nayarit, a cargo de Marina Anguiano, en el contexto de las celebraciones por el 101 aniversario de la declaración de Nayarit como estado de la República.