Se le conoce como ColPop, uno de los barrios más tradicionales y, al mismo tiempo, más bravos de Culiacán, Sinaloa, una de las ciudades que no solo ha vivido con el estigma, sino con la realidad de la violencia desde hace muchas décadas. Allí le tocó nacer y vivir a Élmer Mendoza.
“No tengo ninguna duda de que la literatura nos puede hacer mejores, sobre todo a partir de mi experiencia. Sigo siendo un chico de la ColPop, pero era un chico de la ColPop que leía, y que invadía bibliotecas.
“Por ejemplo, no estudiaba en la Universidad Autónoma de Sinaloa y el bibliotecario me prestaba libros —siempre pienso que me vio con posibilidades—, me convertí en un cliente… Claro, después llegaba a romper narices en la ColPop”, cuenta con una sonrisa el escritor, quien anoche protagonizó la inauguración de la Feria Nacional del Libro de León (Fenal), en su edición 30.
Si bien en la entrevista con M2 matiza la idea de la violencia en su propia realidad, Élmer Mendoza termina por reconocer que se trataba de una forma de vivir: hay momentos en que la vida te pone un espacio, en tu barrio, y simplemente te exige que tienes que vivir ese tiempo.
“No me arrepiento de haber vivido como lo hice, porque creo que eso me dio madurez como persona. Ahora sería incapaz de levantarle la mano a alguien, eso lo hice cuando me tocó hacerlo”, si bien muchas de esas experiencias contribuyeron en su formación como escritor, sobre todo en su propia necesidad por construir historias a partir del lenguaje de ese barrio.
“En Un asesino solitario fue un juego infinito, incluso cuando concluí la novela me sentía muy bien, porque pensé que había conseguido manejar un código lingüístico con todas las propiedades, con el sonido del discurso y uno de los placeres más inmensos que he sentido durante la escritura es utilizar ese lenguaje: me siento bien, a gusto, en lo mío, siento que realmente estoy creando algo que pudiera trascender al maestro Joyce”.
El reconocimiento que recibiera anoche en el Poliforum León lleva el nombre “Compromiso con las Letras”, lo que no deja de ser importante para Mendoza, más allá de que en muchas ocasiones se haya planteado la pregunta sobre cuál es la responsabilidad de un escritor con su realidad.
“He tenido experiencias increíbles sobre cómo debo plantearme frente a la realidad del país, mucho más allá de mis libros, de mis ideas políticas, de mi época y de mi compromiso con un estilo de escribir, con una zona a la que le he puesto un nombre en la literatura del mundo”.
El creador de un personaje como el “Zurdo Mendieta” y tramas que transcurren alrededor de la violencia, las más de las veces, generada por el narcotráfico, piensa que una de las tareas fundamentales del escritor debe ser “la modernización a ultranza de lo que estás tratando de hacer: agregarle a la literatura lo que seas capaz para que como arte no se estanque, sino que, al contrario, avance y hacer propuestas lo más arriesgadas posibles, de tal manera que se conviertan en estafetas que puedan tomar otros”.
Hasta el 5 de mayo
Organizada por el Instituto Cultural de León, la feria se desarrollará hasta el 5 de mayo, con más de 190 presentaciones editoriales.
Talento fresco
También busca ser un espacio de divulgación para los escritores emergentes, locales y regionales.
Para jóvenes
Juan Carlos Quezadas recibirá el Premio de Literatura para Jóvenes Fenal-Norma 2019 por la novela situada en Budapest De donde nadie oye mi voz.