El 27 de noviembre de 1983, el vuelo comercial 011 de la aerolínea Avianca se desplomó cerca del aeropuerto de Barajas, Madrid. Una tragedia que costó la vida del escritor Jorge Ibargüengoitia (1928) y de otros intelectuales como Ángel Rama, Manuel Scorza, Marta Traba y la pianista Rosa Sabater, que se dirigían al Primer Encuentro de Cultura Hispanoamericana en Bogotá, Colombia, por invitación de Gabriel García Márquez.
En ese avión viajaban 192 personas, 181 fallecieron y 11 sobrevivieron. Sus amigos más cercanos aseguran que el escritor bromeaba siempre con el tema de los aviones y su propia muerte.
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La poeta Amaranta Caballero Prado da detalles a MILENIO del libro Olafo y Los Amigos. Jorge Ibargüengoitia y el avionazo de Avianca en 1983, (Ediciones La Rana), que es un homenaje al autor.
“La idea para realizar este libro nace a partir de una correspondencia, un homenaje, un guiño familiar, un asunto de historia-memoria, un adeudo con la obra de los intelectuales fallecidos en el siniestro de Avianca en 1983”, cuenta la compiladora del proyecto.
El libro se nutre de ensayos de varios autores y se comenzó a trabajar en 2018 pero se publicó hace poco, a casi 40 años del accidente aéreo del que, por cierto, existe un documental llamado Barajas, dirigido por Javier Izquierdo.
Curiosidad e indagación
Amaranta Caballero dice que no solo los jóvenes ignoran la tragedia, “mi generación a ciencia cierta no sabe qué sucedió. Me da la impresión de que solo generaciones anteriores afines a los asuntos literarios estuvieron al pendiente dado que eran contemporáneos”.
Comenta que más que descubrir algo en los textos compilados, el libro busca ahondar en el interés y la profundidad que representa revisitar, leer, conectar con las obras hechas de los autores/as fallecidos y que eso es sumamente interesante. “Me reivindica la certeza de que tenemos que volver a estudiar, analizar, esos pensamientos y posturas escritas en esas obras, no dejar que el olvido las entierre”
Para la entrevistada, Olafo y Los Amigos… no solo es un homenaje a Ibargüengoitia: “Es un libro-memoria, un libro homenaje a él, sí, pero también a Manuel Scorza, Marta Traba, Ángel Rama, Rosa Sabater y a las personas fallecidas en ese accidente aéreo.
“Al estudiar y analizar datos sobre esa tragedia descubrí que es necesario, casi urgente, no dejar de revisitar los textos, la obra, los documentos que esas inteligencias nos dejaron a los lectores y lectoras en sus libros. Las nuevas generaciones deben conocer ese pensamiento que durante la segunda mitad del siglo XX estaba haciendo un parteaguas, revolucionando en sus diversas áreas, culturas y países”.
La coordinadora del libro explica que el lector va a encontrar textos con diferentes “pistas, claves, datos y elementos diversos con los cuales las obras y trayectos de los autores y autoras referidos quedan de nuevo al alcance de la curiosidad y deseo de indagación”.
Caballero opina que la obra de Jorge Ibargüengoitia sigue viva y creciendo en México. “Sé que las audiencias en nuestro país lo atesoran y disfrutan. No es menor que siguen reeditándose sus libros con continuidad, pero me gustaría que no solo fuera en México. Ibargüengoitia dejó una obra enorme que debe conocerse mejor en otros países. En Guanajuato se realizarán homenajes conmemorativos, sé que hay congresos y seminarios gestándose en varias partes para esa fecha (noviembre)”.
Además
La pintora y escultora Joy Laville (1923-2018), esposa de Ibargüengoitia, dijo en su momento: “Jorge estaba trabajando en una novela que iba a llamarse Isabel cantaba cuando llegó la invitación al encuentro de escritores en Colombia”, en cuyo trayecto perdió la vida. El archivo del escritor se encuentra en la Firestone Library de la Princeton University en Nueva Jersey, Estados Unidos.El escritorJorge Ibargüengoitia Guanajuato, México, 1928 - Madrid, España, 1983. Abandonó la carrera de ingeniería para ingresar en la de Filosofía y Letras, y se graduó como maestro especializado en Arte Dramático. Su obra abarca novelas, cuentos, obras de teatro, artículos periodísticos y relatos infantiles. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores, de las fundaciones Rockefeller, Fairfield y Guggenheim.Obtuvo, entre otros reconocimientos: el Premio Casa de las Américas en 1964 por su primera novela, Los relámpagos de agosto, y el Premio Internacional de Novela México en 1974 por Estas ruinas que ves.Colaboró en diversas revistas y suplementos culturales de México. El crítico literario Christopher Domínguez afirmó de él: "...hizo de su obra, trágicamente truncada, un corrosivo alegato a favor del humor sarcástico y la ironía antihistérica". Ha pasado a la historia como una de las voces más innovadoras de la narrativa hispánica contemporánea. (Fuente: Agencia Literaria Balcells)
hc