Durante seis años, La Ofrenda ha rendido culto a la mexicanidad promocionando comida tradicional de gran sabor y joyería diseñada por sus propietarios, pero además, impulsando el intercambio cultural al facilitar la movilización de artesanía mexicana, trabajando de manera directa con los productores.
En ese sentido la pareja que conforman Marina Gutiérrez y Raúl Sánchez, propietarios de este espacio, refieren que el próximo viernes abrirán la planta alta de su negocio, que servirá para exhibir desde juguetes, joyería, ropa y objetos de decoración para el hogar, con el toque 100 por ciento mexicano, contando además con productos de diseñadores jóvenes laguneros.
“Antes de que cante el gallo, la siguiente semana abriremos la tienda para festejar el 15. En nuestros orígenes comenzamos sólo con una tienda de concepto donde comprábamos muchas artesanías y apoyábamos a muchos diseñadores emergentes, y ahora lo que queremos hacer, después de seis años con el concepto de la tienda y cuatro años con el restaurante, quisimos volver a retomar el origen que tuvimos con carácter social”, indicó Marina.
De esta forma detalló que volverán los festivales culturales y artísticos donde se fomenta el diseño y las artesanías mexicanas, ejemplo los encuentros culturales dedicados a personajes como Frida Kalho y los enmascarados en la Lucha Libre Mexicana.
“Ahora que ya estamos más afianzados con el restaurante que cumple cuatro años, decidimos otra vez meternos y trabajar con eso, la parte de arriba no la habíamos usado, la usamos como restaurante y ahora la vamos a usar otra vez como tienda de diseño y concepto”.
Esta pareja siempre ha mantenido respeto irrestricto para los artesanos, trabajando en una dinámica donde ambas partes ganan con la comercialización de los productos.
Marina Gutiérrez, como diseñadora de joyería y profesora universitaria, sabe que en esta dinámica ambas partes también aprenden y se protegen.
“Nunca hemos dejado de diseñar joyería, tal vez hemos tenido una pausa por el asunto de La Ofrenda, pero nosotros tenemos diseñando quince años, y desde que empezamos a trabajar con comunidades, de lo que me di cuenta es que había muchos diseñadores que dicen que trabajan con comunidades, como que se puso de moda, pero en el medio todo se sabe y te das cuenta de que no era verdad y eso no se vale".
“Realmente hay que apoyar y nosotros no lo hacemos sólo por el interés económico sino con un interés social y muchas cosas las hemos hecho sin cobrar también. Entonces quisimos retomar, nos hacía falta esa onda social, sí sentíamos tanto Raúl como yo que la gastronomía es padre pero La Ofrenda es más que eso, esa parte se quedó latente y vamos a continuar tanto la parte del diseño de joyería como el traernos a los artesanos y hacer los festivales”.
Al pensar que a partir de septiembre y hasta febrero todo se convierte en una fiesta mexicana, Marina promete que se retomará con gusto una dinámica para compartir la cultura, pensando en aplicar prácticas de comercio justo del cual se benefician mujeres indígenas que sostienen a sus familias.
Esta pareja acude directamente a comunidades a buscar productos de calidad sin regateos, pero también colabora con fundaciones. Marina enfatiza que se pueden apoyar al comprar sus productos.
“Ahora todo mundo quiere las muñequitas Marías y van y las compran en Liverpool pero y luego las artesanas que reciben porque ni nacionales son, son Chinas. Pasa igual con las Catrinas de resina que las ves en todas partes, que están bonitas y dan el gatazo, pero luego levantas la pieza y en la base dice que está hecha en China y eso no es posible”.
Por lo que respecta a la joyería La Ofrenda mantiene trabajo con seis productores y para la reapertura de la tienda se mantiene colaboración con 29 artesanos