El México Opera Studio (MOS) decidió montar Madama Butterfly en Monterrery “sin edulcorantes”, con el propósito de sensibilizar al público sobre los dramas que implica la obra de Giacomo Puccini, en el contexto de feminicidios, violencia de género y desapariciones de mujeres que atraviesa Nuevo León, señala Rennier Piñero, director del centro de alto rendimiento operístico y de la puesta en escena.
“Queremos restar edulcorantes a estas situaciones tan penosas que envuelven a la ópera y que necesitan ser puestas en todas su dimensión en el escenario, para que el público vea que esos motores que vienen de tiempo atrás tienen una vigencia vergonzosa en la vida actual”, explica Piñero sobre esta obra, en la que la protagonista, una adolescente japonesa, Ció Cio San, es vendida en matrimonio al teniente de la Marina estadunidense B. F. Pinkerton, con quien tiene un hijo, que el oficial le quita tras abandonarla.
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Madama Butterfly, protagonizada por la joven soprano Valeria Vázquez (Cio Cio San) y el tenor Manuel Bernal Dávalos (Pinkerton), se presentará el viernes 15 y el domingo 17 de julio en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad de Monterrey, con una orquesta de 50 músicos y un coro de 60 cantantes, bajo la batuta de Miyaki, la puesta en escena de Rennier Piñero y la escenografía de Arturo Nava.
Vázquez (Monterrey, 1993) obtuvo el tercer lugar en Ópera y Bernal Dávalos (Mazatlán, 1995), el premio Gilda Morelli, en el XXXIX Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli en diciembre pasado.
Se trata de la segunda coproducción entre el MOS y el Consejo de las Artes de Nuevo León (Conarte) y la novena del estudio desde su fundación en 2019 como un “centro de alto rendimiento para jóvenes cantantes y pianistas repertoristas”, que según Piñero surge como “una apuesta de un patronato privado, con un consejo encabezado por Alejandro Pérez Elizondo, que busca catapultar intérpretes de ópera”,
La primera coproducción fue la recuperación de la ópera mexicana de Ricardo Castro La leyenda de Rudel (1906), pero el MOS ya ha montado desde 2019 I Capuleti e I Montecchi, de Vincenzo Bellini, Don Giovanni, de Wolfgang Amadeus Mozart, entre otras nueve obras, aunque Piñero subraya que la institución no busca convertirse en una casa de ópera, sino solo impulsar las carreras de los cantantes, algunos de los cuales, agregó, ya se encuentran en instituciones operísticas de Alemania y España.
“El MOS abre un espacio de puesta en escena fundamental para el roce profesional y práctica de los cantantes, porque a la hora de presentarlos en escenarios internacionales se valora mucho el que puedan tener estos roles ya en su repertorio”, señaló Piñero, director de escena también en España y EU.
“Ahora abordamos Madama Butterfly porque tiene estos motores universales siempre vivos, que siempre conectan con el público, y porque nos parece una ópera bastante asertiva en este momento para el público de Monterrey, por la propia situación que estamos viviendo con las mujeres en Nuevo León”, agregó, en alusión a la ola de feminicidios y desaparición de mujeres, como el de Debanhi Escobar.
Subrayó que la obra de Puccini, una de las más populares y representadas en los escenarios mundiales desde su estreno en la Scala de Milán en 1904, “encierra la tragedia de una madre, del amor materno”.
Sobre cómo presentar hoy una obra, ambientada en Nagasaki, Japón, a finales del siglo XIX, en la que se presentan temas como abuso infantil, matrimonios y prostitución forzada, trata de personas, y suicidio, Piñero expuso que el MOS abordan Madama Butterfly con respeto, pero sin mitigar el drama.
“En este caso, lo que queremos es restar edulcorantes a estas situaciones tan penosas que envuelven a la ópera y que necesitan ser puestas en toda su dimensión en el escenario para que el público vea que esos motores tienen una vigencia vergonzosa en la vida actual. Verlas con los referentes culturales de otra región geográfica (Japón) quizás nos permita despertar una sensación diferente en el público, y eso nos ayuda a remover una que otra fibra desde la experiencia escénica".
“Citando a Sanford Meisner, que decía que actuar es vivir de verdad en circunstancias imaginarias, quisiéramos, desde esa búsqueda de la fe y la verdad, darle la dimensión dramática que conlleva cada uno de los conflictos dramáticos que conlleva la obra, desde un entrenamiento teatral fuerte”, expuso.
También comentó sobre la cultura de la cancelación que ha llevado a instituciones de la magnitud de la Royal Opera House de Londres a revisar el contenido de óperas clásicas para “adecuarlas a las nuevas sensibilidades culturales”, en referencia a los reclamos sobre violencia de género o de discriminación.
“Hay que respetar la sensibilidad y aceptar la diversidad de los tiempos presentes, pero el escenario nos debe permitir todavía ventilar estas situaciones, que siguen pasando, que tienen una triste vigencia en nuestra realidad cotidiana, colocarlas en el escenario implica darles existencia. Más allá de la cancelación, está el obligado tratamiento que nos demandan los tiempos actuales sobre temas delicados para el espectador del día de hoy; colocar en escena esta sensibilidad para que el público pueda ver en ello un reclamo, no una regularización de la situación”, agregó el director del México Opera Studio.
PCL