En la exposición El paraíso perdido, Sandra del Pilar hace una “reflexión poética” sobre lo que pasó con el ser humano tras abandonar el paraíso: “Adán y Eva vivían en el paraíso en un estado de inocencia, que representa un estado de armonía y equilibrio perfectos entre cuerpo y mente. Cuando comieron el fruto prohibido adquirieron conocimiento y pusieron así la mente sobre el cuerpo, la razón sobre los sentidos, el logos sobre el sentimiento.
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“Es ahora cuando empiezan a sentir pudor, frío y dolor, y el cuerpo va adquiriendo todo ese bagaje de connotaciones negativas que aún en el siglo XXI cargamos cuando pensamos que el cuerpo y su sabiduría inconsciente vale menos que la mente y el conocimiento consciente”.
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Para Del Pilar sucede lo mismo en la pintura: en entrevista con MILENIO explica que desde el Renacimiento artistas y teóricos se han esforzado por reducir el cuerpo pictórico en beneficio del mensaje. Y agrega que con el uso de la imagen digital se ha llegado a la eliminación de la materia: “La imagen digital se ha despojado por completo de su cuerpo y sólo se aparece en un celular, una pantalla o una tableta, pero su existencia como tal no depende de ellos”.
A través de las transparencias, Del Pilar busca llamar la atención sobre el cuerpo de la obra pictórica y el abandono del concepto de la imagen como ventana: “Según el modelo del Renacimiento, una pintura debería ser como una ventana hacia el mundo; en este modelo el cristal equivale a la superficie pictórica, y la representación, a lo que vemos a través del cristal”.
Su obra, dice la artista, es una forma de llamar la atención sobre la idea de que la pintura no es una imagen digital, “pues la pintura nunca podrá prescindir de su materialidad”.
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El cuerpo humano también es una parte fundamental del trabajo de la artista, pues “funge como metáfora para la misma pintura, pero también expresa la vulnerabilidad de la vida, su fragilidad y su belleza efímera”.
La colaboradora del proyecto La poesía vista por el arte, de la Colección MILENIO Arte, también presentará su trabajo pictórico en el International Research Center Interweaving Performance Cultures, en Berlín, invitada por la catedrática Gabriele Brandstetter, quien conoció la obra de Sandra el año pasado en el Simposio Humboldt-Kolleg, en El Colegio Nacional.
La pintora también presentará en marzo la muestra Anderwelt/Otromundo, en donde reflexiona sobre la “libertad en sociedades occidentales” mediante un trabajo realizado con jóvenes estudiantes y presos en Alemania, en el que abordará la estética y la violencia por medio de una serie de entrevistas, de las cuales se desprenderá un catálogo con los resultados de la investigación. Asimismo, tendrá una colaboración con la Universidad de Düsseldorf para celebrar el 80 aniversario del Guernica de Picasso.
El paraíso perdido se presenta en Oaxaca, en la Galería Nuun Espacio de Arte hasta finales de febrero.
ASS