La suerte de hablar con Gabriel Retes sobre su cine

Cine

El autor de la nota comparte una larga charla con el cineasta, en la que le habla sobre “la suerte de Retes”, que lo llevó a escribir, dirigir y actuar numerosas cintas.

Gabriel Retes (Especial)
Jorge Almazán
Ciudad de México /

Hace unos años, José Ignacio Gabriel Jorge Retes y Balzaretti, o Ignacio, como pidió que le llamáramos a Enedino González y su servidor, “para no sentirme tan viejo”, nos platicó por más de una hora cómo fue que “la suerte de Retes” lo llevó a escribir, dirigir y actuar varias de sus más de 30 películas.

He aquí, en su propia voz, cómo nacieron algunas de las obras del maestro Retes (Ciudad de México, 1947-2020).

“Desde chico iba al cine Jalisco, Ermita o Hipódromo, donde el nombre del director no era importante para mí. Empecé mi carrera en 1968 en el concurso de cine experimental Luis Buñuel, y lo gané con Sur, que hicimos en rollos de Super8 y una camarita. Era Wester que le puse Surter para ir en contra de los gringos; fue criticada porque era la única que no hablaba de Tlatelolco, que recién había pasado. Ahí inició mi carrera, mis premios y mi pasión por el cine.”

Retes habla sobre 'El Bulto' en la Cineteca Mexiquense (Especial).

CRISTO 70 (1970)

“Luego, y aunque tenía ganas de dirigir más, me quedé tres o cuatro meses sin cine pero me dediqué al teatro coproduciendo con Ignacio López-Tarso y mi padre Ignacio la primera obra de Vicente Leñero, Los Albañiles, donde además actuaba. Un día la vio don Alejandro Galindo, a quien considero mi maestro con mayúsculas, subrayado y negritas, le gustó mucho, fue a mi camerino y me dijo si quería estar en su próxima película. Ahí empezó mi suerte, tuve llamado a las 7 de la mañana, mi papel fue el Pedro, uno de los apóstoles que rodeaba a Carlos Piñar como Cristo. Ese día, a las 7, decidí mi destino: iba a ser cineasta.”

LOS AÑOS DUROS (1973)

“Como me iba muy bien en Los Albañiles y mi mamá (la actriz Lucila Balzaretti) me creía, a los dos días me compré un equipo de Super8, una moviolita, una cámara de lo mejor de la época, desde entonces tenía alma de productor y como todo mundo estaba firmando con Kodak y costaba una fortuna, y había alfa y el agfa que todos discriminaban porque los colores eran muy dulces, decidí comprar una caja de agaf, que salían a menos de la mitad de las de Kodak y podía filmar en 24 (cuadros por segundo) y no en 18, como los demás, que más que nada lo hacían por ahorrar rollo. Esa película que no quería exhibir el Banco Cinematográfico, pues querían mi original y no se los iba a dar. Pero busque una cita con Rodolfo Echeverría, que era el director del Banco y me acompañó Jorge Santoyo. Pedí que Rodolfo la viera. Pasaron cuatro hora y le digo a Jorge: ‘A mí no me dejan chiflando en la loma. ¡Vámonos! En ese momento sale Max Vega Tato, que era director de Conacine, que esperáramos, que estaba por llegar ‘el licenciado’. Total, llega Rodolfo, echamos a andar la película, fue una proyección perfecta y a la salida me felicita entusiastamente y se va. Por la mañana, con la suerte de Retes, me llama Max, y me dice: ‘Gabriel, el licenciado Echavarría quiere que dirijas una película’. Eso no era cosa de todos los días, pero le comenté no tenía guión, y me respondió: ‘Nosotros tenemos ocho o diez, me da los títulos y uno era Chin Chin el teporocho, la que iba a ser mi primer película en 16 milímetros.”

El cine de Retes (Especial)

CHIN CHIN EL TEPOROCHO (1975)

“Un día me llama Armando Ramírez (escritor y cronista) y me dice que Conacine le compraba los derechos de Chin Chin el teporocho y no tenía un clavo, pero que estaba comprometido conmigo, pero le respondí que era su obra y no iba a dejar de ganar dinero por una película, que era libre de hacer lo que mejor le pareciera, y la vendió. Pero la suerte de Retes llegó otra vez, ahora Conacine me la daba para hacerla y pedí adaptarla porque ya tenía en la cabeza lo que quería. Me compraron todas mis ideas y lo hice con mi entonces mujer, Pilar Campesino. Santoyo y yo nos fuimos dos meses a vivir a Tepito para convencer a la gente que no íbamos a degradarlos, que iba ser una visión real auténtica de lo que era el barrio. Le dije al sindicato que no quería extras, todos iban a ser tepiteños, al final llegó un camión como con 25 extras y se hizo la película. Cuando la estaba editando y me sobraban como diez minutos me llaman porque esa tarde la quería ver Rodolfo en los Churubusco. Llegué a las 3:30, y atrás de mi, (Jorge) Fons, (Arturo) Ripstein, (Luis) Alcoriza, (Raúl) Araiza, como 20 colegas, y yo queriéndome morir. Pasaban 10 de las cuatro y vemos aparecer un carro del cual bajaron, Echeverría, el gran escritor catalán Pedro, ¡ y Luis Buñuel!. Ellos se metieron a la sala, yo a beber algo y fumar en el bar que había, cinco minutos antes de terminar la proyección me acerco a la sala, todos mis colegas salen muy serios, ‘no les gustó’, me dije, salen Rodolfo, Buñuel y Miret, don Luis y me dice: ‘Desde Los Olvidados no creo que haya en el cine mexicano una película que aborde el realismo del barrio bravo como esta película’, me dió un beso en la frente, un beso en la mejilla, uno más en la otra mejilla, y se fue. Después, todos me felicitaron.”

EL BULTO (1992)

“Mi vida está llena de anécdotas, Nuevo Mundo, Flores de Papel, La Ciudad al Desnudo, Bienvenido Welcome y, claro, El Bulto. Estaba derrotado porque Ciudad al Desnudo, que creí sería un gran éxito, no lo fue, ya que la esposa de José López Portillo, Margarita, no dejó que fuera a festivales en su momento. No salí de mi casa en seis meses, de hecho, despertaba, me bañaba, me ponía de nuevo la pijama y me acostaba. En su cumpleaños, mi hija Gabriela, me pidió que me arreglara para sus invitados, acepté y frente al espejo me dije: ‘Qué has hecho de tu vida en estos 20 años, Retes’, y fue como se me ocurrió hacer la historia de un tipo que está en coma por muchos años y al despertar el mundo es otro. Se estrenó el 10 de junio de 1992 (día del Halconazo). La suerte de Retes.”

SUS PADRES

“Mi madre fue una gran actriz, igual que mi padre, él sobre todo en teatro, a los dos lo admiré. Cuando mi padre cumplió 75 años, platicamos y me dijo: ‘Te tengo mucha envidia, Retes, porque lo tuyo perdura, lo mío va a quedar en las críticas, en cosas por escrito y la memoria de los espectadores que lo vieron, pero lo tuyo es indeleble, va a quedar por los próximos cien años'.”

vmb

LAS MÁS VISTAS