El llamado movimiento rupestre tiene en Armando Rosas acaso su cima más alta. Su disco Tocata, fuga y apañón, grabado con la Camerata Rupestre, es un clásico del rock nacional que mantiene su vigencia, como se mostró en el concierto que ofrecieron hace unos meses en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.
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Armando ha explicado:
“Tocata, fuga y apañón fue el primer disco de Camerata Rupestre y se realizó con instrumentos construidos en el siglo XVI como el violonchelo, el violín y el clarinete, porque era lo que estudiábamos. Nunca imaginé que ese sería el disco más vendido de la banda".
Ha ofrecido conciertos en foros y festivales de Nueva York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, Sevilla, Huelva, Córdoba, La Habana, Montevideo, Cannes, Gante y Buenos Aires, entre muchas otras ciudades, y ahora le toca Rio de Janeiro.
El 2 de noviembre se presentará en el Centro Cultural Correiros en el marco de las fiestas del Día de Muertos que organiza el consulado de México en dicha ciudad brasileña. Músico de conservatorio, Rosas es un gran admirador de la obra de Heitor Villa-Lobos, y, claro, de gente más cercana a su música como Lenine y Caetano Veloso.
ÁSS