Krapp celebra su cumpleaños número 69 en la oscuridad de sus aposentos. De pronto siente la necesidad de escuchar una vieja grabación que hizo hace 30 años, cuando celebró su cumpleaños 39, pues desde hace décadas acostumbra grabar su diario en un magnetófono. Busca entre el desorden de su casa aquella cinta, la cual contiene la memoria de un punto decisivo en su vida; cuando la localiza la escucha, la repite, la detiene y adelanta. Los recuerdos lo transportan a diversos planos de su vida: su juventud, su adultez y su vejez.
¿Tienen sentido los archivos del pasado para explicar nuestro frágil presente? Muchos se han hecho esta pregunta con La última cinta de Krapp, la obra más autobiográfica del reconocido dramaturgo, novelista y poeta irlandés, uno de los más importantes representantes del experimentalismo literario del siglo XX, Samuel Beckett. Ahora este poderoso y melancólico monólogo escrito en 1958 llega a nosotros bajo la dirección de la experimentada Sandra Félix e interpretado por el galardonado primer actor Luis de Tavira.
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La historia tiene mucho del propio Beckett: de sus amores, de sus pérdidas, de su regreso a Irlanda, de las mujeres de su vida y la crisis que vivió a los 39 años. La obra también tiene el poder para hacernos meditar sobre el papel que juegan los diversos archivos y soportes que han existido, y que cada vez se hacen más comunes, para guardar un momento de nuestra vida: fotografías, videos o audios. Aquello que se ha creado por el deseo de recordar o el peligro de olvidar aquellas vivencias.
La última cinta de Krapp es una reflexión sobre la relación que establecemos con el tiempo, pero también sobre admitir nuestra fragilidad, nuestras imperfecciones, sobre afrontar las pérdidas y las malas decisiones en la vida. Sobre aquel deseo de volver al pasado imposible de cambiar, pero el cual podemos revivir fácilmente, y encontrar consuelo en aquellas memorias.
La última cinta de Krapp tendrá temporada hasta el 11 de septiembre, los sábados y domingos a las 18:00 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico. El costo del boleto es de 260 pesos y puede adquirirse en taquilla o en la página del Helénico. Se recomienda el uso de cubrebocas, así como guardar la sana distancia.
AMS