El cine como conciencia social

Reseña

Publicado por primera vez en 1974, El cine como arte subversivo de Amos Vogel (Secretaría de Cultura/ Ambulante, 2017)

'El cine como arte subversivo' de Amos Vogel
Andrea Serdio
Ciudad de México /

Mira el cine como conciencia social, como un medio para la política, el erotismo, la irreverencia, las vanguardias artísticas. Una oportunidad para reflexionar sobre el tiempo y el espacio, el deseo y la memoria.

Amos Vogel nació en Viena en 1921, llegó a Estados Unidos a finales de los años treinta, donde en 1947 fundó Cinema 16 en Nueva York, sociedad fílmica en la que se fogueó como programador y crítico. En su libro habla del cine expresionista, surrealista, dadaísta. Habla del arte pop y da como ejemplo de la tradición cómica la película Monsieur Verdoux, en donde Chaplin pone en jaque la respetabilidad burguesa.

En más de 500 páginas, Vogel navega, con sabiduría y escepticismo, por la producción cinematográfica de más de 70 años, siempre a contracorriente del cine más comercial de Estados Unidos, apostando por películas y autores que proponen metáforas de la larga noche de la humanidad, como lo hace Michelangelo Antonioni en El eclipse.

El libro se estructura en cuatro partes temáticas en las que Vogel escribe un breve texto introductorio y luego presenta un fichero con comentarios puntuales sobre cada una de las películas incluidas. De esta manera, alude a la subversión de la forma, a la terrible poesía del cine nazi, al cine erótico y pornográfico, al cine revolucionario, en el que incluye películas como la desgarradora Una mala hora, sobre la guerra de Vietnam.

Vogel reivindica el carácter social del cine y se pronuncia contra la formación “de públicos idiotas”. Apuesta y defiende el cine independiente e iconoclasta, a los creadores que no escuchan el canto de las sirenas de la industria y se mantienen subversivos y transgresores.

“La subversión en el cine —escribe Vogel— inicia cuando la sala se oscurece y la pantalla se ilumina”. Entonces todo se vuelve mágico y la imagen despliega su poder y todo lo que ofrece se vuelve verdadero: el terror, el asombro, la angustia, el llanto. 2001: odisea del espacio, de Stanley Kubrick, por ejemplo, provoca un shock visual poco plausible, y sin embargo ocasiona una profunda sensación de conciencia cósmica.

El cine como arte subversivo es un compendio de películas que provocan y dialogan con espectadores que buscan otra manera de ver de la realidad.

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