Desde su nacimiento, John Coltrane estuvo alimentado por la espiritualidad, pero sólo después de haber vivido una severa crisis debido a las drogas y al alcohol su vida se transformó. 1957 fue el año de su renacimiento; tras ser despedido por Miles Davis, Coltrane se retiró para depurarse en cuerpo y alma. En 1964 su energía creadora quedó plasmada en el álbum A love supreme, una de las obras maestras del jazz de todos los tiempos, que salió a la venta el siguiente año. Coltrane explicaba en una nota aparecida en la contraportada:
“Durante 1957 experimenté, por la gracia de Dios, un despertar espiritual que me llevó a tener una vida más rica, más plena y más productiva”.
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Antes de llegar a su obra fundamental, Coltrane se esforzó para reivindicar su carrera. Volvió a trabajar con Miles Davis y formó parte del grupo que grabó A kind of blue (1959), otra cima del jazz. También se dedicó a estudiar diversas religiones, que lo llevó a tener una idea personal de Dios y lo ayudó a madurar su estilo. Como puede verse en el documental Chasing Trane, la composición de A love supreme le llevó meses, pero paradójicamente su grabación sólo le tomó dos días. Los integrantes del cuarteto que lo acompañó también merecen ser recordados: McCoy Tyner (piano), Elvin Jones (batería) y Jimmy Garrison (contrabajo).
Para recordar a este genio, el documental Chasing Trane está disponible en Netflix; A love supreme y conciertos de su cuarteto son accesibles por YouTube. También por esta plataforma se puede recordar a McCoy Tyner, quien murió en marzo de este año. Grandes opciones musicales para enriquecer la cuarentena.
AMS