Zahara nos presenta su nueva faceta en su quinto álbum

Música

En su nuevo y provocador disco titulado Puta, la cantautora española con casi dos décadas en la escena indie, convierte las ofensas en escudo y el dolor en liberación.

A través de 11 temas Zahara explora el odio, el duelo y la redención (Foto: Cortesía)
Ciudad de México /

Con una carrera que comenzó a los doce años cuando escribió su primera canción y que despegó en 2005 tras al lanzamiento de Día 913, su primer disco autoeditado, la cantautora, actriz y presentadora española Zahara, se ha convertido en una presencia poderosa dentro de la escena indie hispana, la cual se ha mantenido firme en su espíritu de autogestión y la defensa de su libertad creativa.

De su primera etapa trovadoresca a la incursión en el sonido electrónico, Zahara no rehúye ni a la experimentación rítmica ni a la variedad de temas. Ahora está promocionando su quinto álbum provocadoramente titulado Puta; disco conceptual donde Zahara nos permite adentrarnos en diversos quiebres y problemáticas que la han agobiado a lo largo de los años, pero donde concluye con un mensaje de liberación. A su vez, el disco es la parte más personal, y final, de una trilogía sonora que comenzó con Santa (2015) y siguió con Astronauta (2018), una muestra explicita de la potencia y la madurez sonora de la artista. Conversamos con ella:

— Hablamos de tu evolución musical, pues comenzaste siendo trovadora y ahora tu sonido se siente más cercano al electropop.

Sí, yo comencé siendo trovadora y tocaba con mi guitarra donde podía. En Granada descubrí la música indie con gente como Love of Lesbian; luego entré en la electrónica y en el desarrollo de diversas bandas sonoras, esas influencias se fueron plasmado en mis obras posteriores. Precisamente en mi último disco es donde más he profundizado en la música electrónica, no solo el electropop, también auxiliándome de DJs y de otros músicos que tienen la misma tendencia que yo, con quienes conecto como Caribou.

— En cuanto a la trilogía, me llamó la atención el título de Santa porque es lo opuesto a Puta.

Es curioso porque no fue preconcebido. Santa fue el primer disco que saqué con mi sello; quería hacerlo monográfico. Me di cuenta que en las canciones se repetían las imágenes religiosas, y esto es así porque encuentro una analogía entre el fervor religioso y el fanatismo. En Astronauta me voy a lo celestial, al mundo estelar y Puta es como un descenso al plano terrenal. Cuando éste último estaba en proceso es donde me doy cuenta de la conexión que hay en los títulos. Los dos títulos que mencionas son dos conceptos en los que a las mujeres se nos hace encajar.

— A una palabra a la que se le da un sentido negativo, se le puede dar un giro y volverla un grito rebelde.

Sí, yo uso la palabra como un escudo para protegerme del modo en que la usaron conmigo. Es como con la palabra “maricón”; cuando los gays se lo apropian, le quitan la fuerza como insulto. Llamando al disco de esta manera, el insulto se empequeñece. Para mí era una forma de rebotar el dolor y hacer que quienes la usan con saña se sientan incomodos; se trata de hacer visible lo que supone la ofensa. Ha sido emocionante volverse la voz de una colectividad.


AMS

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