Figura inclasificable y ecléctica, Minino Garay es un músico de mente abundante y curiosa, criado entre tonos populares argentinos. Con el paso de los años se ha convertido en uno de los percusionistas y bateristas más vitales de su generación, que sigue recurriendo a sus orígenes sonoros para mezclarlos con diversidad de géneros, obteniendo resultados sorprendentes. Este particular talento y poder de adaptación lo ha llevado a compartir escenarios en todo el mundo con otras destacadas figuras como Mercedes Sosa, Los Coplanacu, Kevin Johansen, Ibrahim Maalouf, Dee Dee Bridgewater, Magic Malik, Richard Bona, Richard Galliano, Daniel Mille, Jackie Terrason y Baptiste Trotignon, entre otros.
Desde su primer disco —Minino Garay y los Tambores del Sur— y su descubrimiento de la Spoken Word (palabra hablada), un movimiento poético comprometido en el Nueva York de finales de los sesenta, Garay se inclinó por la poesía entonada en voz alta y sintió la necesidad de combinarla con el espíritu del tango que ha sido la base de su creación artística. Fue así que llegó al Speaking Tango, concepto que mira a la historia de este género, a aquellas letras colmadas de pasión y las coloca sobre un fondo de compases e improvisaciones instrumentales. Para este proceso, su encuentro hace veinte años con la poeta y cantante Dana Bryant, fue decisivo.
Desde entonces Garay se ha empapado de los sabores multicolores de las tradiciones rítmicas de su país y la filosofía del jazz, combinándolos además con los enriquecimientos de su experiencia transatlántica —pues lleva años radicando en Francia— adoptando las convicciones poéticas del mundo hablado e introduciéndolas a los ritmos sincopados.
Ahora, Minino se encuentra en una gira mexicana, acompañado de Alex Mercado (piano), Pablo Flores (contrabajo) y Raúl Vizzi (bandoneón). Tocará el lunes 10 de abril a las 22:00 horas en el club Jazzatlán capital; el costo del boleto es de 300 pesos y puede adquirirse en la taquilla del recinto. Se recomienda el uso del cubrebocas, así como mantener la sana distancia.
AMS