Al hablar de tiras cómicas emblemáticas es inevitable evocar al Peanuts de Charles Schulz, al Calvin y Hobbes de Bill Watterson o a la mismísima Mafalda de Quino. En esa lista selecta también debe estar, infaliblemente, Mutts, de Patrick McDonnell.
Desde su aparición el 5 de septiembre de 1994, Earl, Mooch y compañía se posicionaron casi de inmediato entre los personajes favoritos de los lectores. Hoy, los dibujos de Patrick se publican en más de 700 periódicos de 22 países.
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En The Mutts Manifesto, un dodecálogo que reboza buena onda y sentimientos positivos —publicado en el sitio web oficial—, McDonnell especifica que uno de los principios de sus personajes es "llevar sonrisas a todo el mundo cada día".
Eso, precisamente, es lo que hallamos en Lo mejor de Mutts, una recopilación de las mejores tiras cómicas de los primeros diez años de la serie, escogidas por McDonnell, nacido en Nueva Jersey en 1956.
Publicada por la editorial Océano en su colección Historias gráficas, esta antología es una muestra de esa mezcla de humor y ternura que se ha ganado el corazón de tanta gente en más de 25 años.
Sobre la compliación, los escritores Alice Sebold y Glen David Gold han escrito que Mutts es "breve como el haikú, pero también nos llega en formas que no se entienden tan fácilmente. [...] Sus revelaciones son [también] eternas, comprometidas con ser lo mejor que podamos en este hermoso e injusto planeta".
En la presentación del libro, McDonnell cuenta que "el tema básico de Mutts es el mundo como lo ven nuestros animales de compañía, y el vínculo especial que compartimos con ellos". Por eso, su amor por esa especie no es gratuito y tampoco se limita a los personajes de tinta, papel y colores. Desde hace años, ha estado involucrado en asociaciones de protección animal y ambiental. Es, además, miembro de la junta directiva de la Humane Society of the United States y del Fondo por los Animales.
Los personajes
Mooch y Earl son los mejores amigos. Sus aventuras incluyen hibernar, gastarle bromas a sus dueños —Millie, Frank y Ozzie— e intentar robarle al carnicero un pedazo de salami. Aunque, claro, no son los únicos animales del vecindario: también están sus amigos Perro Guardián, siempre melancólico y encadenado, el gato Dulce Peshte, ferviente defensor de los derechos de los animales, y Bip y Bop, un par de ardillas que se divierten tirando bellotas desde los árboles.
ÁSS